Más allá de las festividades, motivaciones y todo cuanto lleve al mundo entero a dedicar un día a quienes en las aulas nos enseñan esos conocimientos con los que vamos a avanzar por la vida el resto de nuestras existencias, esta fecha dedicada por la sociedad dominicana a los maestros y maestras, rinde, además, homenaje al nacimiento del inolvidable profesor Juan Bosch.
Se les llama también apóstoles de la enseñanza y nadie puede obviar sus esfuerzos por el bien común, ni puede pasar alguien por las aulas sin recordar el sacrificio que representa la dedicación al magisterio en ese afán de sembrar la semilla de la enseñanza, modelar espíritus, transformar conciencias, y en el decir de John Ruskin, alcanzar la “meta final de la verdadera educación”, que “es no sólo hacer que la gente haga lo que es correcto, sino que disfrute haciéndolo; no sólo formar personas trabajadoras, sino personas que amen el trabajo; no sólo individuos con conocimientos, sino con amor al conocimiento; no sólo seres puros, sino con amor a la pureza; no sólo personas justas, sino con hambre y sed de justicia.»
En este Día dedicado a quienes abren el paso a cada camino de la nación, la sociedad dominicana les abraza y espera que en un futuro no lejano, los logros que han podido alcanzarse en el sistema educativo se multipliquen en favor de sus maestros y maestras, que aun viven y enseñan entre esfuerzos y carencias.
¡Felicidades Educadores!
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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