Cuando el pasado martes 17 de junio, el Congreso Nacional de República Dominicana amaneció rodeado de mujeres y hombres con flores en las manos, en memoria de las 46 víctimas de feminicidios que han tenido lugar en el país, la sociedad se conmovió, una vez más, y la preocupante situación desbordó opiniones y sentimientos, que obviamente no bastan para poner fin a estos crímenes que alcanzaron en el sexto mes del año la horrorosa cifra de 15 asesinatos de féminas, llevados a cabo por sus actuales o exparejas, la mayoría militares o exmilitares.
Al rechazo a la tipificación que actualmente otorgan las leyes a este crimen, se suma la necesidad de incrementar sanciones ejemplarizadoras, capaces de disuadir a los agresores y “una campaña permanente de educación en todos los estamentos del Estado en contra de la violencia intrafamiliar”, tal y como proclamó el presidente de la Comisión de Salud y senador por la provincia Hermanas Mirabal, René Canaán, quien propuso, además, la instalación de la “Mesa de Seguimiento” de los trabajos institucional e intersectorial, en contra de este delito. Es decir, saber qué aportan la Policía Nacional, el Ministerio Público, el Congreso Nacional y las entidades de la sociedad civil para solucionar el problema.
Otras voces se han alzado con fuerzas, como la de la ministra de la Mujer, Alejandrina Germán, quien no cesa en los propósitos de su cartera de luchar contra la epidemia que azota sin parámetros a la sociedad dominicana.
Se habla de la crisis económica, falta de educación y carencia de respuestas por parte del Estado a las necesidades materiales y espirituales de la población, como factores y causas que inciden en el incremento de la violencia intrafamiliar. El propio cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez lamenta los momentos de violencia que vive la nación y constata que la ciudadanía está consciente de las barbaridades que se cometen a diario con relación a esos casos, reseñadas en la prensa y las redes sociales.
Los legisladores hablan del tema, suspenden sesiones y prosiguen la marcha. Recuerdan que el año pasado aprobaron una modificación al Código Penal, mediante la cual se elevó de 30 a 40 años la prisión para los casos de feminicidios; pero, ratifican que las penas no están a la altura de los crímenes cometidos, y hasta el presidente del Senado, Reynaldo Pared Pérez expresó airado: “Lo que yo le haría a esos hombres que son monstruos no lo puedo decir públicamente…”.
Los índices de feminicidios muestran fallas en el sistema; la aplicación de la legislación se hace difícil por la falta de mecanismos efectivos dentro de la sociedad y del sistema de derecho. Las políticas públicas, planes y programas a nivel sectorial, interinstitucional y con la sociedad civil, dirigidos a lograr la igualdad y equidad de género, aun adolecen, mientras los hogares dominicanos siguen enlutándose día a día…
¿Tendrán un final los feminicidios?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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