La temporada de la NBA concluyó con la victoria de San Antonio Spurs sobre Miami Heat en unas Finales de claro dominio texano. Las virtudes que mostró el plantel dirigido por Gregg Popovich fueron muchas y la oposición de los previos campeones no surtió el mismo efecto que el año pasado. Se trató de otra demostración de los distintos métodos que pusieron sobre la mesa ambos equipos que desplegaron dos filosofías completamente opuestas.
Mientras que el juego de San Antonio se basó en lo colectivo y en el brillo de los actores secundarios cuando más falta hizo, los miamenses dependieron de LeBron James en demasía. Es lo que sucede cuando se cuenta con el cuatro veces Jugador Más Valioso durante la temporada regular (2009, 2010, 2012 y 2013) y JMV de las Finales en 2012 y 2013. Un jugador de garantías que no tiene por qué serlo cuando su entorno no funciona.
James tiró del carro como ningún otro jugador, pero fue insuficiente para frenar el potencial de los Spurs en las cuartas Finales suyas y del Heat consecutivas (el jugador acumula cinco en su carrera). Logró una media de 31.9 ppp en los cinco encuentros determinantes para el campeonato, la máxima de un jugador que afronta la eliminación en la historia de la NBA, por delante de Michael Jordan (31.3 ppp, que nunca perdió unas Finales), Wilt Chamberlain (31.1 ppp) o Kevin Durant (30.1 ppp).
Ningún jugador de estas Finales logró tener más puntos que James en el Juego 5, pero en lineas generales, tres hombres de Miami superaron los dobles dígitos (James incluido), mientras que cinco de los Spurs hicieron lo propio.
Pero el balance de James no fue suficiente porque sus compañeros no siguieron la estela del líder de Miami. Ya lo dijo en la piña que formaron los jugadores en las entrañas del AT&T Center justo antes de que comenzara el Juego 5: «Sigan mi liderazgo», afirmó. Pero no hubo quórum y su buen hacer no tuvo el apoyo de otras piezas fundamentales.
Chris Bosh llegó a las Finales como un valor seguro en el perímetro y con uno números decentes. Comenzó bien la serie en los dos juegos iniciales en San Antonio (1-1) y tuvo grandes actuaciones en las Finales de la Conferencia Este frente a Indiana Pacers. En los cinco últimos partidos antes de las tres derrotas seguidas ante los Spurs, Bosh llegó a los 21.2 ppp. Desde entonces, sus números bajaron considerablemente y se colocaron en 11.3 ppp (51.7 por ciento de efectividad y 1-7 en triples), que poco tienen que ver con los 18.9 ppp (59.1 de efectividad y 4.6 en triples) que registró en los dos primeros encuentros de las Finales.
Algo muy parecido sucedió con Dwyane Wade, quien registró su mínimo en las cinco Finales que acumula. Los suyo es un decrecimiento constante desde la serie de 2006, cuando alcanzó un máximo de 34.7 ppp a la de este año, 15.2 ppp, pasando por los 26.5 ppp de 2011, los 22.6 de 2013 y los 19.6 ppp de 2013.
¿Y AHORA QUÉ?
El ‘Big Three’ no ha funcionado esta vez pero, ¿significará esto que ya finalizó un ciclo? ¿Debería descomponerse la base del Heat luego de cuatro Finales al hilo y dos campeonatos logrados?
Los tres jugadores más importantes de Miami podrían finalizar los compromisos con su equipo este verano. Tanto James como Wade y Bosh podrían poner fin a sus contratos y pasar a ser agentes libres. Cuentan con los salarios más altos de su equipo (19.0 millones de dólares por campaña LeBron y Chris, y 18.5 millones de dólares Wade). Entre las tres nóminas (56.6 millones de dólares) rozaron el tope salarial (58.7 millones de dólares) durante esta campaña que finaliza.
En caso de que continuaran en el equipo y no aplicaran la terminación de contrato tempranera a la que tienen derecho, seguirían siendo de los jugadores mejor pagados de la liga con un sueldo combinado de 61.2 millones de dólares que también se acercan mucho a los 63.2 millones de tope salarial previsto para la temporada que viene.
Las cuentas no salen en caso de que Miami opte por una reconstrucción basada en sus tres pilares de los últimos cuatro años. Una extensión de salarios reducidos para dar espacio al equipo es difícil que suceda (alguno o los tres deberían reducir sus beneficios a 14 millones de dólares, unas cifras demasiado abultadas).
Sin embargo, solo cabe observar el caso de los Spurs para comprobar que el sacrificio económico de sus estrellas ha ayudado a configurar un plantel equilibrado con un quinteto titular excelente que se apoya en una banca formidable. Por poner un ejemplo, San Antonio ha vapuleado a Miami en efectividad de la banca: 186-109 en los cinco juegos de las Finales, algo que no es casualidad.
El ‘Big Three’ de los Spurs cobraron un total de 29.8 millones de dólares, menos de la mitad de que cobran los tres jugadores clave de Miami (31.4 millones de dólares de diferencia). Los vigentes campeones superaron el tope salarial por 4.4 millones de dólares (el salario combinado de toda la plantilla fue de 63.1 millones). El Heat, en cambio, pagó a sus jugadores 80.6 millones de dólares, casi 30 millones de dólares por encima del tope salarial.
Otra opción para forzar la reconstrucción de Miami sería que alguno de los tres pilares o todos abandonen la franquicia. El que todos lo hagan parece improbable, pero ¿y si uno de ellos se marcha y un jugador de la talla de Carmelo Anthony recala en el equipo? El todavía jugador de los Knicks de Nueva York pasará a ser agente libre y tiene dos opciones o extender su contrato con los neoyorquinos (le podrían ofrecer un máximo de 129 millones de dólares por cinco años, o cuatro años por 96 millones en cualquier otro equipo).
Lo que suceda este verano depende de si el Heat desea mantener en pie la filosofía de contar con dos o tres jugadores de máximo nivel y unos secundarios decentes o encontrar el equilibrio en la plantilla. El libro de nóminas desprende que Norris Cole es el único jugador que tiene garantizado el año que viene en el equipo con un sueldo de dos millones de dólares. En la directiva prevén que Udonis Haslem (4.6 millones de dólares) y Chris Andersen (1.4 millones de dólares) utilicen la opción de jugador. De cara al Draft de 2014, el Heat contará con dos elecciones 26 y 50.
Hay muchas cosas que resolver en los Heat
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