La noticia ha dejado a todos despavoridos y sin saber para donde correr, luego de que los colegios privados anunciaran el aumento de las tarifas desde un 30 hasta un 50%, que deberán pagar los padres el próximo año lectivo. Por si fuera poco, el tiro de gracia fue disparado cuando informaron que también pretenden cambiar los libros de textos.
La reacción de la Federación de Padres con Niños en Colegios Privados y Escuelas Públicas (Fedepadres), no se hizo esperar. Inmediatamente Juan Ávila, presidente de la entidad, calificó el incremento como exorbitante y pidió al ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, aplicar la Ley 86-00 que faculta esa cartera a regular las tarifas de los colegios privados.
En cambio, el ministro de Educación llamó a los padres a “pararse en dos patas” para evitar el alza de las tarifas. Ante esa expresión, Juan Ávila, sostuvo que Amarante Baret “conoce poco de Educación” y que está mal asesorado, ya que en el 2013 el Tribunal Constitucional emitió una sentencia que impide que se aumente la cuota sin la autorización del Ministerio de Educación.
Para completar la tripleta, la ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt), Ligia Amada Melo, declaró que no es obligatorio que los padres tengan sus hijos en colegios y aclaró que no es competencia del Estado regular las tarifas de esos centros de educación privada.
Como si fuera el juego de la papa caliente, ahora no hay quien le ponga el cascabel al gato, pues nadie se compromete a conversar con los propietarios de colegios privados para llegar a un acuerdo y evitar que un incremento desmesurado ponga en peligro la economía de cientos de hogares que pagan por la enseñanza de sus hijos.
¿Quién le pone el cascabel al gato?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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