El presidente Danilo Medina goza de una amplia popularidad.
En las encuestas realizadas tiene un 90 por ciento de aceptación.
Esto quiere decir que realiza un buen gobierno con base a una dinámica gubernamental transparente, de apertura oyendo los reclamos de los diferente sectores impulsando el desarrollo de la producción agrícola, facilitando prestamos a los productores logrando excelentes resultados. Entre ellos, se resalta la revolución educativa, el cultivo de orégano para fabricar aceite, la siembra de jengibre y de otros productos.
Un punto positivo es el suministro de los recursos económicos para modernizar la Policía Nacional garantizando la seguridad ciudadana.
Esto molesta porque el país avanza liderado por un estadista que sabe comunicarse y reunirse para buscar solución a los problemas fundamentales de la sociedad.
Actualmente, existe una conspiración para hacer colapsar el Plan de Seguridad Ciudadana creando un clima de intranquilidad, atracos y asesinatos a cargo de sicarios que se desplazan en motores, jepetas y vehículos. El crimen organizado que opera en los diferentes estamentos del Estado, la policía, la justicia, organismos de inteligencia, y las fiscalías no le perdona al mayor general Manuel E. Castro Castillo, jefe de la Policía Nacional que le diera en la madre desarticulando y sometiendo a la justicia a los integrantes de las bandas de sicarios, en particular de La Romana donde se desempeñó como Director Regional. En esa zona la narco delincuencia operaba a su ancha sin ser tocada.
En la jefatura de la policía Castro Castillo viene solucionando los casos que se presentan, mantiene un contacto permanente con la comunidad, promueve la capacitación y el entrenamiento del personal.
Asimismo, poco a poco aplica una profilaxis moral sacando de las filas a los policías vinculados a la delincuencia, quienes reaccionan molestos por las medidas que toma el Consejo Superior Policial. Este sector resentido aliado a los que todavía visten el uniforme apela a la vieja táctica de aumentar los hechos delictivos para que el Presidente de la República destituya el jefe de la policía. Ese ha sido y es el comportamiento de la delincuencia policial que opera a dentro y a fuera de la institución que por cierto es una minoría. En sentido general los hombres y mujeres que visten el uniforme gris son trabajadores, honestos y cuidan la imagen de la institución.
Los que obstaculizaron el nombramiento de Castro Castillo como jefe de la policía son los mismos que ahora auspician su destitución. Nuevamente fracasarán porque el presidente Medina no se deja sorprender, sabe lo que se mueve y se busca, que no es otra cosa que tener un jefe de la policía permisible y por demás permeado por la corrupción. Por eso no quieren a Castro Castillo y su equipo de trabajo.
Eso lo sabe el presidente Medina.
Dejen trabajar tranquilo a Danilo Medina y al mayor general Castro Castillo.
No jodan tanto.
Delincuencia policial enfrenta presidente Medina
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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