Millones de peregrinos asistieron a la canonización de los dos nuevos santos de la Iglesia Católica, Juan XXIII y Juan Pablo II, por el papa Francisco. Unas diecisiete delegaciones de Latinoamérica estuvieron presentes y resonaron las frases de quienes pronosticaron en la región y el mundo que “Un nuevo estilo de protocolo” ha sido implantado por el Pontífice, quien una vez concluida la multitudinaria ceremonia, que constituyó un hecho sin precedentes de la institución, se reunió con el Consejo de Cardenales a fin de abordar la reforma de la Curia.
Esta es la cuarta vez que el papa Francisco cita a los ocho cardenales, para continuar su estilo de gobernar con acciones que simplifican estructuras y enfrentan los problemas que enturbian la visión de la iglesia. Precisamente, durante la homilía de la canonización, recordó “aquellos cristianos que según la Biblia tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos; no se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él ni de su cruz”.
Las reformas de la Iglesia siguen un camino que debe limpiar y sanar las tantas heridas aun abiertas. Un largo y nada fácil camino se expande ante Francisco, como le llaman comúnmente, en virtud de su estilo y decisión de mezclarse con los más humildes niños, niñas, ancianos y personas de todas las clases sociales; de vincularse con aquellos cuyos rostros están marcados por la marginalidad social y la violencia.
Desde su “centro de operaciones”, la Santa Sede, el papa ha hecho cambios, transformaciones, ha instituido el ministerio de finanzas, frente a las críticas por la gestión del Banco del Vaticano y ha creado la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, entre cuyos objetivos está asesorar para protegerles mejor de posibles abusos.
Se trata de asuntos económicos, administrativos, de una “justicia social que es todavía una deuda”. Sí, mucho resta por hablar de esa necesaria “revolución” en la Iglesia Católica, con este Pontífice latinoamericano en la silla principal.
De canonizaciones y mucho más
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