Nueva York.- Carmelo Anthony hoy se encuentra en aquel oscuro lugar al cual se refirió tantas veces esta temporada una noche después de que los New York Knicks están descartados de la postemporada.
En lo que quizás pudo haber sido su último partido con el conjunto neoyorquino en el Madison Square Garden, Anthony aportó 17 puntos en la victoria del domingo de los Knicks ante los Chicago Bulls, 100-89.
¿Y quién sabrá si Anthony esté ahí la próxima temporada para liderarlos fuera de los escombros y abrirles el camino hacia ese título elusivo que el All-Star y la franquicia anda buscando?
Por primera vez en sus 11 años de carrera, el segundo máximo anotador de la liga actualmente, no verá acción en los playoffs.
Para Anthony fue muy duro prepararse para un partido que no tenía ningún significado y que resultó en una victoria contundente que gozó el equipo que lo trajo a la Gran Manzana tres años atrás.
Nueva York quedó fuera de la postemporada el sábado por la noche cuando los Atlanta Hawks aseguraron el octavo y último puesto para los playoffs de la Conferencia Este, venciendo al Miami Heat.
De todos modos, Anthony encontró la manera de mantener su nivel de profesionalismo mientras luchaba contra esta decepción.
«Fue un día difícil. Anoche fue una noche difícil», afirmó.
«Pero aunque no estábamos jugando por algo, creo que para mí, personalmente, en cualquier momento que esté en la cancha, todavía hay baloncesto y todavía hay un partido. Pero sólo tienes que ponerte con esa mentalidad. Aunque no estés jugando por algo, si te pones el uniforme todavía tienes que salir allí afuera y jugar».
Nueva York inició una campaña con altas expectativas que quizás fueron injustas para el deficiente plantel del entrenador en jefe Mike Woodson. Sin embargo, el dueño James Dolan, quien admitió no tener el conocimiento de cómo manejar la decisiones operativas del talento de una franquicia, declaraba días antes de la apertura de la temporada que los Knicks podían ganar un campeonato por primera vez en 41 años, luego de haberse coronado campeones de la División Atlántico ganando 54 partidos aunque fueron eliminados en la segunda ronda de los playoffs la campaña pasada.
Anthony aceptó esa presión que ha cargado desde que arribó a la ciudad donde nació, pero Nueva York fracasó al final. Sufrieron nueve derrotas al hilo en una racha en la cual perdieron 13 de 16 partidos.
Poco a poco comenzaron a dar señales de vida pero de nuevo caían en un hoyo debido a la falta de rendimiento y esfuerzo mostrados en la cancha y la ausencia de química causada por una multitud de lesiones sobre Tyson Chandler, J.R. Smith, Raymond Felton, Iman Shumpert, Pablo Prigioni, Andrea Bargnani y Kenyon Martin — o sea el equipo completo –.
«Creo que en cualquier momento en que estés en Nueva York, las expectativas siempre van a ser altas, siempre serán al doble», indicó. «Solo es una cuestión de nosotros como jugadores salir allí y satisfacer esas expectativas. Este año no pudimos llenar esas expectativas que fueron planteadas sobre nosotros».
Mientras las tablas de posiciones de la Conferencia Este indican que los Knicks no podrán recuperar el octavo puesto que ocuparon la semana antepasada, Anthony admitió que el hecho de no tener partidos programados para los playoffs, que inician el próximo fin de semana, es algo que aún no es una realidad para él.
«Ahora mismo para mí no es real», expresó. «Ahora mismo es difícil. Es difícil aceptarlo. Es difícil estar contento en estos momentos. Sólo es una situación difícil para mí ahora mismo».
Anthony podría convertirse en agente libre en julio si decide anular el último año de su contrato. Por el momento es lo último en lo que piensa, agregando que se le hacía difícil ofrecer una respuesta cuando le preguntaron si mantenía esperanzas para la próxima temporada.
Anthony no se resigna a estar fuera de playoffs
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