El proyecto de trabajo que desarrolla la primera dama de la República, Cándida Montilla de Medina, a favor de personas con capacidades especiales, ha cambiado la visión que tenía la sociedad dominicana sobre esa temática y ha permitido el comienzo de una política de inclusión y respeto por quienes acompañan el quehacer del resto de la población y merecen consideración por el sitio que deben ocupar junto a otros y otras.
Desde que asumió su responsabilidad en el despacho, Montilla de Medina ha promovido la inauguración de Centros de Atención Integral para la Discapacidad (CAID), con los cuales pretenden ofrecer más de 110 mil consultas al año. Actualmente trabajan con 52 menores.
La visión de la primera dama abarca, además, la firma de un convenio con el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), a fin de incorporar el núcleo familiar de menores discapacitados sin cobertura de salud al Régimen Subsidiado de la Seguridad Social.
Esta acción satisface, ya que toma en cuenta a tantos dominicanos y dominicanas que han vivido a la sombra del Estado y que padecen, aparte de su condición, otro mal aun peor: la indiferencia.
Proyectos de esta naturaleza, que promueven un nivel de humanismo y solidaridad, deberían multiplicarse, para que la ciudadanía, sin importar su mayor o menor capacidad disfrute de los mismos beneficios y ventajas que dispone las leyes dominicanas y haga valer sus derechos.
La peor condición
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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