Cuando Karen Cochón Jiménez afirma que lleva 18 años viviendo con un riñón donado por su hermano José Alfonso, y que durante estas casi dos décadas de trasplantada ha vivido con calidad de vida estimable, el tema mueve la necesidad de honrar a quienes realizan tan hermoso acto de amor, y a esas personas que con valentía y disciplina prosiguen su existencia. Este es el caso.
El Día mundial del riñón, iniciativa conjunta de la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN), y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF), se conmemora en esta fecha y llama a la reflexión sobre la importancia de las enfermedades renales y la necesidad de prever, ante todo, porque, tal y como plantean los especialistas, “la educación es el primer paso hacia unos hábitos más sanos, como el que incluye la campaña: Empezar el día con un vaso de agua».
Considerados “asesinos silenciosos”, hasta la fecha existen muy pocos tratamientos disponibles y las soluciones suelen ser la diálisis y el trasplante. Antes, los consejos se circunscriben a controlar regularmente el nivel de azúcar en sangre; vigilar la presión sanguínea; comer sano y controlar el peso; mantener una ingesta de líquidos; no fumar ni tomar medicamentos sin receta médica regularmente; así como comprobar la función renal si se presentan uno o más factores de “alto riesgo”.
La OMS calcula que un 10% de los más de 100.000 trasplantes anuales en el mundo se practican con órganos procedentes del comercio ilegal, sobre todo donados por los países pobres. En República Dominicana, “cerca del 98% de los pacientes con insuficiencia renal crónica que están en el régimen subsidiado del sistema nacional de la seguridad social mueren antes de los dos años debido a los altos costos del tratamiento de hemodiálisis”, según afirmó a la prensa nacional el nefrólogo Gregorio Leonardo Sánchez Leguisamón.
La tendencia es que en los próximos años aumente de forma considerable el número de pacientes renales crónicos, e inquietan las estadísticas, pues si bien a nivel internacional la mortalidad en pacientes renales crónicos es de 8% y 13%, aquí muere el 98%.
La insuficiencia renal terminal es la última consecuencia, y tras la diálisis se requiere que el paciente sea trasplantado. De manera que las donaciones constituyen tabla de salvación insustituible y aunque los hitos en tal sentido han sido algo superados, aun se espera que la conciencia y el amor al prójimo superen barreras y muchos seres en el mundo sean salvados y disfruten de vivir, como es el caso de Karen Cochón, a quien felicitamos una vez más en este día.
Día Mundial del riñón
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