Se ha puesto de moda que cuando dos personas van a pelear nadie interviene para evitar la riña, sino que los presentes toman sus celulares y comienzan a filmar.
Animan a los peleadores, como si fueran gallos de pelea en un coliseo. El griterío, la carcajada alrededor de los “luchadores” es una cosa fuera de serie.
A veces son niñas que salen de la escuela. Las o los menores dan un espectáculo deprimente intercambiando golpes y arrastrándose como puercos en una pocilga.
Me he preguntado varias veces si los que incitan y filman a dos mujeres, dos niñas, dándose golpes no tienen madre, hija, hermana, amiga…
Es muy denigrante, inhumano ver dos mujeres intercambiando trompadas, patadas, arrastrándose por los cabellos.
Nos hemos deshumanizado. Por la fiebre de la interacción en las redes sociales y por un morbo que cae en lo macabro, mientras más sangrientas y crudas son las imágenes, más atraen al público.
Se ha dado el caso que han ocurrido accidentes de tránsito y los primeros en llegar al lugar comienzan a filmar, mientras los accidentados, pidiendo auxilio, se retuercen de dolor o están en agonía de muerte.
También pasa con los robos y atracos, pues hay personas que están más interesados en las fílmicas del hecho para “subirlo” al Internet que en evitar la acción o llamar la Policía.
Lastimosamente, las páginas Web más visitadas o populares son las que recogen ese tipo de cosas.
Mientras más humillante es la imagen de la persona, más despierta el interés, tiene mayor audiencia. Tenemos un mundo mejor comunicado, pero menos humano.
Pelea entre mujeres: Moda inhumana
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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