Pude haber titulado “Dos caras de una moneda”, donde la moneda desde luego es República Dominicana. El país de los barrios marginados es otro, diferente al que nos venden los políticos en sus estadísticas engañosas. Los laberintos de la miseria de esos sectores niegan el publicitado crecimiento económico.
¿Cómo es posible vivir en estas condiciones? Más que una pregunta fue un martillazo que le di a mi conciencia cuando caminaba por un callejón de Los Guaricanos. Diez minutos antes, cómodamente sentado en el Metro, creía que ciertamente estábamos progresando. Por los cristales y en las alturas de la modernidad del tren, veía una nación que es “pa´lante que va”.
Pero parece que desperté de ese hermoso sueño al salir de la estación José Francisco Peña Gómez, entonces comenzó la pesadilla, el golpe del contraste me abatió, me llené de indignación mirando ese otro país de la pobreza. Sentí las puñaladas de la mentira y el eterno embuste de los políticos demagogos.
Debo excluir a Danilo, que ha demostrado positivamente que es otro. Mas, si en sus acostumbradas visitas, comienza a recorrer los barros, terminará totalmente deprimido. No dudo que llorará, que sus lágrimas tendrán el sabor de la vergüenza, porque, ¿cómo es posible que su partido haya gobernado tres períodos y el PRD también, sin que estos infiernos de la indigencia no hayan cambiado?
Las cosas que aprecié en los rincones olvidados de Los Guaricanos no tienen nombre. Hacía décadas que no ingresaba a una letrina, pedí permiso para entrar a un baño y me topé con ella. Volví a presenciar anafes con carbón, pensaba que eso solo existía en los campos. Los niños me saludaban sonrientes, alegres de su desnudez y carencia de zapatos. Hombres y mujeres tomando tragos a media mañana. Adolescentes embarazadas. Colmadones con música estruendosa y otros cuadros horrorosos.
En la zona baja de Los Guaricanos las condiciones de las viviendas niegan el significado de la palabra casa o del sustantivo techo. ¡Mi Dios!, ¿dónde estoy?, porque de nuevo martillé mi dignidad de ciudadano dominicano. ¡Esto no es posible!, ¿cuál es el nombre de este país en el mundo?
Le ruego a Pedro Mir que no responda. Le pido a Peña y Bosch que se queden en silencio. Y a Danilo le suplico que lo piense profundamente antes de darme una respuesta. Yo me atrevo a decir que ese otro país de los barrios de la miseria es igualmente República Dominicana.
Hay un país en los barrios
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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