Cuando Miguel Caraballo salía a la I-95 en el downtown de Miami a principios de este año, sintió un extraño hormigueo que le corría por la columna vertebral. Minutos más tarde perdió el control del vehículo y chocó su camioneta contra una pared cerca de la American Airlines Arena.
A los pocos minutos los paramédicos trasladaron a Caraballo, de 54 años, al Hospital Universitario, donde le detectaron síntomas de embolia y lo prepararon para operarlo.
Salió del hospital tres días después. "Es un milagro», dijo Caraballo al recordar los acontecimientos de ocho meses atrás. "Hoy camino y hablo, ellos me salvaron la vida».
Caraballo se benefició de la decisión de la Universidad de Miami de ampliar su centro de investigación de embolias. En abril del 2007 la Facultad de Medicina contrató al Dr. Ralph Sacco, de la Universidad de Columbia, como presidente del Departamento de Neurología. Desde entonces Sacco ha contratado a cinco especialistas en embolias, cuidados neurológicos intensivos y un intervencionista de neurología.
Hoy los médicos de UM experimentan con varios tratamientos contra las embolias: aspiradoras pequeñas que absorben los coágulos, minúsculos sacacorchos que limpian las arterias tupidas como excavadoras biológica, máquinas parecidas a consolas de juegos electrónicos que se desplazan por el sistema circulatorio.
La noche de enero en que Caraballo sufrió la embolia sólo sintió un corrientazo en la columna vertebral. Después que su auto chocó, pudo abrir la puerta e instantes después se desmayó. Un amigo lo sacó del tráfico y un policía que venía detrás lo detuvo pensando que estaba borracho.
Resulta que un coágulo le obstruyó una arteria cerebral y el lado izquierdo de su cerebro sintió la falta de sangre y oxígeno. Si no lo hubiesen tratado habría perdido rápidamente y para siempre el control de la parte derecha del cuerpo.
"El hemisferio izquierdo del cerebro no sólo controla el lado derecho del cuerpo, sino cosas importantes elementos que nos hacen seres humanos, como es el entendimiento, la cognición y el lenguaje», dijo el Dr. Mohammad Aziz-Sultan, el neurocirujano que operó a Caraballo.
Cuando a Caraballo llegó a la sala de emergencias "no podía hablar ni mover el lado derecho del cuerpo», dijo el doctor Sultan. "Por suerte, gracias a la colaboración de los técnicos de emergencia en la ambulancia, los médicos de la sala de emergencias y un neurólogo especializado en embolias pudimos llevar al paciente a la sala donde trabajamos».
Durante la operación a Caraballo le insertaron un catéter por la arteria femoral en la ingle. Mediante un equipo de radiología y una computadora que traza un mapa del interior del cuerpo, hicieron avanzar el catéter por el sistema sanguíneo del paciente. LLegaron al torso, dejaron atrás el corazón, subieron por el cuello y penetraron el complicado sistema de venas y arterias en el cerebro.
El catéter, que tiene en la punta un balón, llegó al coágulo. Entonces inflaron el el balón, que expandió la arteria y restauró el flujo sanguíneo. Después le inyectaron una solución para disolver el coágulo.
"Mientras más tiempo está una zona sin sangre, mayor es la probabilidad de que muera», dijo Aziz-Sultan.
El Dr. Dileep Yavagal, profesor asistente de Neurología en UM, explica cómo uno de los instrumentos, conocido como Penumbra, succiona los coágulos a través de una boquilla.
La embolia es una de las principales causas de muerte en Estados Unidos. Afectan a los ancianos y a los hispanos más que a la población promedio, según Sacco.
La embolia ocurre cuando un coágulo sanguíneo bloquea el flujo de sangre a una parte de cerebro, inutilizándolo. Si no se trata en dos o tres horas, el daño al cerebro puede ser permanente, dijo Sacco.
De las 750,000 embolias que ocurren anualmente en Estados Unidos, sólo 1 o 2 por ciento reciben los anticoagulantes necesarios de emergencia, agregó Sacco.
"Estamos tratando de encontrar nuevos tratamientos contra los embolismos agudos», dijo Sacco. ‘‘Algo nuevo son las campañas para que el público tome conciencia y los centros de tratamiento embolismos agudos».
La UM ha ganado fama en la investigación de las embolias, dijo el Dr. Philip Gorelick, director del Centro para la Investigación de Embolismos del Departamento de Neurología y Rehabilitación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois en Chicago.
"La de Miami, por haber reclutado al Dr. Sacco como profesor de la Cátedra Miller y presidente de Neurología, transformó ambos cargos en promotores de la investigación del embolismo», añadió el Dr. J.P. Mohr, especialista en embolismo de la Universidad de Columbia.
Caraballo, que antes fumaba mucho, pudo recuperarse completamente con la ayuda de su novia, Carolyn McKnight. El antiguo operador de equipos pesados, recientemente fue despedido de su trabajo, pero le place estar vivo. Dice que dejó de fumar y que haber sobrevivido a una embolia lo ha convertido en una persona agradecida.
"Estoy satisfecho de que hayan experimentado el tratamiento conmigo», dijo. "Como pueden ver, no presento síntoma alguno de haber sufrido una embolia».