La semana se inició con el tema de la basura, el colapso en el servicio de recolección en el Gran Santo Domingo y los camiones recolectores que regresaron a sus respectivos municipios sin poder verter una sola funda de desecho en Duquesa.
La Comisión Especial de diputados previó una reunión con los ministros de Medio Ambiente, Obras Públicas y Salud Pública para buscar una salida al conflicto del vertedero de Duquesa, ubicado en Santo Domingo Norte y se intenta poner sobre el tapete- de las ya muchas discusiones al respecto (sin las salidas adecuadas)-, “alternativas para resolver un problema que la población no aguanta más”.
En días anteriores la prensa dio cuenta de la imposibilidad de manejar el vertedero, debido al fango en su interior y el impedimento de camiones que hacían filas para verter más de cinco mil toneladas de basura.
La decisión del Ayuntamiento de Santo Domingo Norte fue cerrarlo entonces para buscar una salida de emergencia. Pero, el problema sigue siendo mayor, y en lo que se licita una compañía que administre el vertedero donde se depositan los desperdicios sólidos del Gran Santo Domingo y lugares aledaños, el denominado “colapso” arropa cúmulos que no esperan las reconstrucciones de vías de acceso y todos esos pasos burocráticos que empañan, no solo la geografía, sino las verdaderas consecuencias de lo que puede ser foco de infecciones y peligros para la salud de la población.
En lo que las autoridades acaban de ponerse de acuerdo, los desperdicios requieren “tomar su camino”; en tanto que los «dimes y diretes» de los alcaldes deben quedar en páginas cerradas, para bien de la ciudadanía y de su propio gobierno. Estas son de las cuestiones que no admiten esperas.
Basuras, basuras y colapsos
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