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Inhumano

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Hay cosas que se saben de sobra, por lo que es innecesario preguntarlas. Otras, caen por su peso, lamentablemente, como las hojas de este otoño que apenas se ve, pero existe.

Este es el caso de los niños, niñas y mujeres que piden en disímiles avenidas de la República Dominicana y que Migración denuncia como parte de una mafia que, si hubiese que definirla, la palabra “inhumana” queda muy por debajo de su verdadera calificación.

Quien escribe estas líneas ha presenciado la manera en que madres con pequeños al hombro extienden sus manos en intersecciones de esta populosa ciudad. En estas mismas páginas se han hecho denuncias al respecto y, lo que es más aún, esa alerta de que a fuerza de asimilar tan triste espectáculo día a día y a cualquier hora, se va haciendo parte del entorno urbano y algo así como la anorexia, aplicada a lo social, transmuta los comportamientos.

A veces es el mismo bebé que pasa de brazo en brazo para que sirva de estandarte a la mujer que pide. Da igual que el pequeñito se haga pipí, o que esté hambriento, o sudoroso por el extremo calor. La imagen no puede ser más horrenda y patética. Ella pide y de algunos de los autos que esperan por la autorización de los “inteligentes” semáforos, o la arbitraria decisión de los agentes de la AMET para continuar el tránsito, se extienden manos piadosas con algunos chelitos.

La decisión de “dar el pescado”, o de “enseñar a pescar”, deviene confrontación ética, sobre todo para los habitantes de una nación que enarbola su fe para contrarrestar las durezas de estos tiempos.

DominicanosHoy publica la nota que refiere en una de sus partes: “la presencia cada vez mayor en las calles de Santiago de niños y adolescentes haitianos que son traficados diariamente desde Haití, preocupa a las autoridades, comerciantes y otros sectores de la provincia”.
Se trata de Santiago, Santo Domingo y muchas otras localidades del país. Migración promete tomar cartas definitivas en el asunto. Pero, lo importante en este, como en tantos casos que confronta la sociedad dominicana, es actuar con prisa y asumir políticas que acaben con tan sucio negocio.

De todos modos, queda en el aire el destino de quienes son instrumentos de mafiosos y gentes sin escrúpulos. Sobre todo cuando hablamos de niñas, niños y adolescentes y de la ausencia de políticas estatales, a pesar de que se hable del funeral del Neoliberalismo.

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