De los fracasos y “bajadas” en la vida se aprende, quizás más que cuando todo marcha bien; pero, lamentablemente, el aprendizaje con relación al dengue constituye, según expresiones de especialistas como el reconocido epidemiólogo Clemente Terrero, un fracaso de las autoridades de Salud Pública, cuyas medidas no han logrado detener la expansión de este mal.
Se habla de República Dominicana como el país de América Latina y El Caribe con mayor índice de muertes por dengue, el cual podría matar centenares de personas este año con unos 15 mil casos.
La enfermedad producida por el mosquito Aedes Aegipty ha dejado hasta la fecha más de cincuenta hogares en luto y quizás las noticias no circulen con más intensión para no alarmar a la sociedad; pero es necesaria una mayor alerta si queremos anular nuevos fallecimientos.
Salud Pública debe mantener permanente el proceso de fumigación en barrios marginados y otras localidades donde el insecto transmisor se propaga y sigue causando estragos.
Clásico, o de otra forma, el dengue afecta y puede, como así ha sido, causar víctimas mortales. Las medidas preventivas tienen que ser las herramientas fundamentales a fin de evitarlo y esto significa educar a la población en la limpieza de su entorno; impedir cúmulos de agua, recordando que aun en la aparentemente limpia, se reproducen los insectos. Sin olvidar el resto de las medidas higiénicas imprescindibles, como son el constante lavado de las manos, hervir el agua que se consume, etc. El Ministerio de Salud Pública tiene ante sí un desafío inmediato e impostergable.
Dengue: ¿fracasos o desafíos?
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