Un viejo problema que requiere nuevas e inmediatas soluciones es la situación de los libros de textos escolares. La prensa nacional dio cuenta de las quejas de padres y madres, quienes protestaron por los cambios anuales de dichos cuadernos, cuyos precios superan las posibilidades de las familias dominicanas.
Obligados innecesaria e inexplicablemente de cambiarlos cada año, los libros de texto de las asignaturas básicas se vendían a más de 800 pesos y algunos alcanzaban casi los mil cada uno en días recientes.
Ante tal situación, el ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, anunció que “esa cartera prevé reglamentar la forma y permanencia del uso de los libros de texto que hacen los colegios, para quitarles la discrecionalidad, y evitar que los cambien cada año” y señaló que aunque no se trata de una actuación ilegal, si constituye un abuso para la ciudadanía.
El problema está en ese hogar donde a duras penas se han podido completar los útiles escolares de los hijos e hijas y en el escenario de los altos precios, a todos los niveles esenciales de la vida diaria, el “juego económico que no tiene nada que ver con la educación de los niños en los colegios», tal y como lo denominó el ministro, les deja en suspenso y plenos de deudas y preocupaciones en el inicio de este curso escolar.
De manera que habrá que asumir medidas y soluciones que ya no pueden esperar tanto tiempo, pues en lo que se ponen de acuerdo las casas editoras, los colegios y quienes deben velar por la educación nacional, padres y madres enfrentarán con impotencia el qué hacer, aun cuando Carlos Amarante Baret les aconseje “…no pueden permitir como mansos corderitos que a sus hijos le cambien los libros».
Viejo problema ¿habrá soluciones?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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