En Cañongo y Gozuela de la provincia de Montecristi, más de una docena de personas han sido detenidas por la Policía en medio de las protestas.
En Pimentel, de la provincia Duarte, sus moradores se lanzaron a un paro exigiendo el cese de los apagones, arreglo de calles, construcción de carreteras, escuelas, centros de salud y otras reivindicaciones.
Mientras moradores del barrio la Milagrosa en Moca piquetearon las oficinas de Edenorte, pidiendo mejoría del servicio eléctrico. También han ocurrido protestas en Navarrete y parajes de LIcey Al Medio.
De su lado, la presidenta de la Asociación de Industriales de la Región Norte (AIREN), Lina García, dijo que los apagones están llevando a la quiebra a muchos sectores productivos y abogó por una rápida solución a la problemática.
De otro lado, los apagones no dan tregua en Santiago y en algunos barrios sus moradores desesperados en horas de la noche prenden velas y velones en las calles.
La Empresa Distribuidora de Energía del Norte (EDENORTE) atribuye los cortes energéticos averías detectadas en las redes y circuitos, así como al descenso de la producción de electricidad en las hidroeléctricas por los bajos niveles del agua.
“Nos hemos comunicado con Edenorte para que nos de una explicación sobre los apagones, pero nos dicen que los mismos se deben a la sequía y al bajo nivel de agua que tienen las presas”, indicó Carmen Filpo, del sector de Pekín.
En casi todos los barrios y comunidades de Santiago, la queja sobre la crisis energética es generalizada, aunque en otros sectores donde la mayoría de los usuarios paga la luz, el servicio no se interrumpe con tanta frecuencia.
A los cortes energéticos, se suma el fuerte calor que se siente en la ciudad y que en horas de la noche impide a muchas personas conciliar el sueño. La gente dice que los apagones impiden que los abanicos y otros acondicionadores de aire funcionen y que con el fuerte calor no le quede otra alternativa que amanecer en las calles.
José Alberto Peña, vocero de la Coordinadora de Organizaciones Barriales de la zona sur de Santiago, dijo que la situación se torna más complicada, debido a que muchas veces no hay agua y por consiguiente las personas no pueden bañarse, lo que hace imposible que mitiguen el calor.
“Si por lo menos hubiese agua permanente eso permitiría que las personas se bañaran y se acostaban fresco, pero con un cuerpo pegajoso del sucio y el sudor nadie se tira en una cama”, indicó.
Mientras Carlos Suriel, dirigente barrial de la zona norte, manifestó que el alza de la tarifa eléctrica alcanza hasta un 30%. Sostuvo que acostumbraba pagar RD$800 mensuales de energía y ahora le llegó de RD$1,395.