Familiares de Johnny Farrer Franci, un electricista de 39 años, encontrado en el interior de un vehículo, con un disparo en la cabeza, el pasado jueves 30 de octubre, reclamaron este miércoles a la Policía investigar el caso hasta dar con el paradero de los ejecutores de su pariente.
El carro Honda Civic blanco año 94, de dos puertas, cristales oscuros, placa A337491, donde se encontró el cadáver, estaba estacionado en la esquina formada por las calles Club Rotario y Jesús de Galíndez, del ensanche Ozama, en Santo Domingo Este, con la puerta derecha abierta y las luces traseras encendidas.
Farrer Franci ocupaba el asiento delantero derecho, y el cristal de ese mismo lado presenta el orificio de la bala disparada. El cuerpo sin vida del joven presentaba un pie del lado que ocupaba y el otro en el lugar que debe ocupar el chofer.
El cadáver fue descubierto próximo a las 11:00 de la noche, y aunque miembros de la Policía Científica y un médico legista levantaron el cuerpo, todavía este miércoles las autoridades ni siquiera han dado a conocer el hecho.
La víctima residía en la casa marcada con el número 10 de la calle Santa Luisa del barrio Puerto Rico, en Los Mina, Santo Domingo Este. Farrer Franci recibió un disparo que penetró por el pómulo derecho y salió por la cabeza.
Según parientes, al joven no se le conocía enemigos y provenía de una familia cristiana. Narraron que en varias ocasiones han acudido al Palacio de la Policía y sólo se le dice que el caso se investiga.
Farrer Franci era el mayor de tres hermanos provenientes de una familia Adventista y oriunda del municipio de Enriquillo, provincia Barahona.
Por unos años, vivió junto a otros hermanos en el barrio Puerto Rico, de Los Mina, luego decidió mudarse con su esposa y una niña recién nacida a San Isidro. Dejó dos hijos más en la orfandad, una de 17 y otra de 9 años.
Farrer Franci alternaba el trabajo de electricista con el de peluquero. Se desempeñó como control master del Súper Canal 33, donde según sus familiares últimamente hacia labores de electricidad por iguala.
“No tenemos la menor idea de por qué mataron a Johnny, para nosotros era un muchacho sano, además practicaba deportes. Nosotros somos una familia bastante humilde y cristiana”, dijeron Wendy y Jaime Farrer, hermana y padre de Johnny, respectivamente.
Consideran que en la muerte de su pariente participaron más de una persona, pudiendo ser, incluso, gentes de confianza.
La hermana y el padre del joven entienden que por la posición en que fue encontrado el vehículo, correctamente parqueado, antes de recibir el disparo, Johnny tuvo un diálogo en confianza con alguien.
Versiones recogidas en el lugar indican que el cadáver fue descubierto por un transeúnte, que se acercó al carro, al observar que en el asiento delantero derecho se encontraba un hombre desvanecido e inclinado hacia la izquierda.
Investigaciones realizadas por DominicanosHoy.com arrojan que el carro es propiedad del comerciante Valentín Minaya, de 38 años. Le fue traspasado en el 2002 por Yovanny Francisco Joaquín Mármol, a quien alegadamente la Policía todavía no ha contactado.