Tiempo de cambios

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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La percepción ciudadana ha determinado que, pese a los muchos esfuerzos, la criminalidad y la violencia en el país han mantenido su incremento y cada fin de semana los medios de comunicación semejan un compendio de aquella publicación: Sucesos, donde se resumían los más inimaginables hechos de sangre.
 
El Poder Ejecutivo ha realizado cambios como los del jefe de Policía Nacional y de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), mayor general José Armando Polanco Gómez, y mayor general Rolando Rosado Mateo, respectivamente, según disposición contenida en el decreto 181-13, mediante el cual designó al general Manuel Castro Castillo como nuevo jefe de la fuerza policial, una vez ascendido al rango de mayor general y el coronel Julio César Souffront Velázquez, jefe de la institución antinarcótica, con rango transitorio de general de brigada.
 
Hubo también otras sustituciones, cuyos resultados se irán viendo “al paso”, ya sea por tiempo conclusivo, o por la intensidad de los resultados que la población necesita ver, más allá de las calles parapetadas de militares…
 
También de cambios se habla a nivel jurídico, al constatar que después de doce años de discusión y múltiples propuestas, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que modifica el actual Código Penal Dominicano, que ya cuenta 129 años de vigencia.
 
Sin embargo, las fuerzas del pensamiento siguen encontradas, al mantenerse la penalización del aborto, según establece el artículo 37 de la Constitución de la República, acerca de que “la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”; aun cuando los diputados modificaron la propuesta original para permitir el aborto terapéutico, con lo cual se “abre una brecha”, al admitir que: “no será punible la interrupción del embarazo cuando sea practicado por personal médico especializado en centros o establecimientos de salud públicos y privados; siempre que el mismo sea apelando al estado de necesidad” definido en el artículo 10 de este Código. No obstante, las feministas y grupos defensores de los derechos de la mujer protestan por “la subjetividad” que prima en decisiones de este tipo, sobre todo cuando aun están muy cercanas las imágenes de Esperancita y tantas otras mujeres que han muerto por esta causa.
 
Otras modificaciones, sanciones y penalidades presenta el documento. República Dominicana se halla inmersa en cambios, algunos demasiado lentos para los tiempos que se viven; otros, en el decir de los clásicos deben conducir a una estadía superior. Ya veremos.