De acuerdo con múltiples fuentes, la gerencia de Boston ya había escrito la carta de suspensión para Ramírez, y se la había enviado al jugador al Fenway Park cerca de las 11 p.m. del viernes 25 de julio.
Por segundo juego consecutivo, Ramírez se había negado a jugar esa noche, y los Medias Rojas perdieron 1-0 ante sus rivales Yankees de Nueva York a casa llena.
Los Medias Rojas estaban a punto de suspender a su mejor bateador.
La carta le informaba a Ramírez que la suspensión entraría en efecto al día siguiente, el sábado 26 de julio. Decía que Ramírez estaba siendo suspendido sin paga por su negativa a jugar. Copias de la carta estaban siendo enviadas también a la oficina central de Grandes Ligas, a la Asociación de Jugadores de MLB, y al agente de Ramírez, Scott Boras.
Las suspensiones en el béisbol no son inusuales para los jugadores que dan positivo a sustancias para mejorar el rendimiento o aquellos que se involucran en peleas durante un partido. Pero es muy raro que un jugador sea suspendido, o que se le amenace con suspender, por negarse a jugar.
En el periodo de dos horas después de que Ramírez recibió la carta de suspensión, los Medias Rojas recibieron dos llamadas telefónicas, de acuerdo con las fuentes. La primera llamada fue de uno de los compañeros de Ramírez. Este le dijo a un miembro de la oficina central de Boston que Ramírez jugaría en el partido del sábado en la tarde ante los Yankees. Unos minutos después de eso, la segunda llamada provino del propio Manny, quien confirmó que estaba disponible para el partido del sábado.
Ramirez, quien se encuentra de vacaciones con su familia en Brasil, no contestó los mensajes dejados para que reaccionara a esta historia. Miembros de la oficina central de los Medias Rojas se negaron a discutir el tema. El gerente de los Dodgers Ned Colletti dijo que no conocía de la posible suspensión de Ramirez por parte de Boston.
Boras disputó el hecho de que su cliente estrella estuviese a punto de ser suspendido, citando el hecho de que Ramírez jugó 22 de los 24 partidos de los Medias Rojas en julio y bateó .347 con seis jonrones y 17 remolcadas en el mes.
"El punto es que nunca fue suspendido y que nunca hubo una causa para ser suspendido,» dijo Boras. "El hecho es que una intención de suspensión nunca es una suspensión."
Por varias semanas antes de la fecha límite de cambios del 31 de julio, Ramírez se estuvo quejando de dolor en su rodilla derecha. Luego que le dijera al mánager de los Medias Rojas Terry Francona de que tenía demasiado dolor en su rodilla como para jugar el 25 de julio, la oficina central de los Medias Rojas ordenó que Ramírez fuera sometido a un MRI durante el partido de esa noche contra los Yankees.
Pero de camino al examen, Ramírez, de acuerdo con las fuentes, no pudo recordar cual rodilla era la que le dolía. Así que los Medias Rojas ordenaron que se examinara ambas rodillas. El MRI no reveló daño en ninguna de ellas.
El telón de fondo para los problemas en la relación de Ramírez con los Medias Rojas fue su situación contractual. En el 2001, Ramírez, ahora de 36 años, firmó un contrato de ocho años y $160 millones con Boston que además tenía dos opciones anuales por $20 millones por temporada.
La temporada del 2008 era la octava del contrato, y Ramirez no hizo mucho por ocultar su deseo de convertirse en agente libre cuando acabara la misma, creyendo que podría conseguir un contrato más lucrativo. Él no quería que los Medias Rojas ejercieran las opciones del contrato.
Varios incidentes temprano en la temporada añadieron elementos de tensión entre Ramírez y los Medias Rojas.
Poco antes del receso del Juego de Estrellas, Boston fue barrido en Anaheim, una serie en la que Ramírez llegó a base en ocho de sus 13 apariciones en el plato. Pero luego en la tarde del domingo 20 de julio, a medida que el equipo dejaba Anaheim para ir a Seattle, inicialmente se rehusó a abordar el vuelo fletado del equipo. Fuentes indican que él le dijo a los Medias Rojas que sus rodillas estaban tan adoloridas, que no podría jugar por tres semanas.
Eventualmente se montó en el vuelo y jugó los primeros dos partidos ante los Marineros, llegando a base en seis de las 10 veces que se paró en el plato, antes de decirle a Francona que su rodilla derecha le dolía tanto que no podría jugar el 23 de julio.
El 28 de julio, Ramirez empujó al secretario de viajes del equipo, Jack McCormick, de 64 años, al suelo dentro del camerino visitante en el Minute Maid Park de Houston luego que Ramírez se le dijera que era posible que McCormick no pudiese complacer su petición de conseguir 16 boletos para el partido.
El 5 de junio, Ramírez y Kevin Youkilis se enredaron a pelear en el dugout de los Medias Rojas, alegadamente porque Youkilis objetaba que Ramírez hubiese salido lento del dugout más temprano en ese juego luego que Coco Crisp fuera golpeado por un lanzamiento, y ambas bancas se vaciaran.
Finalmente, en la fecha límite de cambios, los Medias Rojas cambiaron a Ramirez a los Dodgers en un triple cambio que incluyó a Pittsburgh y que trajo al jardinero izquierdo Jason Bay a Boston. Los Medias Rojas aceptaron pagar los restantes $7 millones que se le adeudaban a Ramírez en su contrato de este año.