Mientras que el director general de Aduanas, Miguel Cocco, afirma que las recaudaciones de la institución bajarán entre 4% y 5% al finalizar el año, debido a la crisis económica que afecta al mundo y, particularmente, al país, los especialistas plantean que la situación ha tocado “duro” a los países más ricos y que se prolongará durante 2009.
La caída del PIB en la zona euro, en un 0,5%, ensombrece la mirada de los unidos europeos, quienes esperan una pequeña recuperación para 2010.
Por su parte, los países de la denominada Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también se cuentan entre quienes han entrado en recesión económica y focalizan como aspecto preocupante la baja perspectiva de crecimiento para sus países miembros, con un desplome del 0,3% de su Producto Interior Bruto (PIB) en 2009, según auguran.
Estados Unidos ve caer su PIB en un 0,9% para el año próximo; Japón en un 0,1% y en España, José Luís Rodríguez Zapatero pide medidas fiscales para reactivar la economía; en tanto que Gran Bretaña cita a los líderes mundiales para, entre todos, buscar posibles soluciones.
En América Latina, la América nuestra, los planes de desarrollo social han sido pospuestos en su mayoría. El Banco Mundial, a través de su representante, Pamela Cox, se refirió a una desaceleración del crecimiento promedio en la región durante el año próximo.
“América Latina no es responsable por la crisis económica y financiera global, pero ya está siendo afectada por la misma. El 2009 será un año difícil”, dijo Cox.
Jiménez Lazcano, un articulista que aborda el tema de la unión regional, resume, con razón que “las cosas no han salido del todo bien en estas últimas tres décadas, pero América Latina es demasiado fuerte como para rehacerse y reencauzar sus esfuerzos hacia una unidad económica, política y social más acorde a su propio destino, trazado por los grandes fundadores de nuestros países”.
O sea, que no hay que abandonar esperanza e ideales, pero aún falta… Y la interrogante sigue siendo, ya en lo particular, si estará el gobierno dominicano al tanto de todo lo que se predice en torno al futuro de la región que, sin duda alguna, alcanza con vientos más fuertes que los de un huracán, al mismo corazón del país de Duarte, Sánchez y Mella.