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El presidente de Birmania, Thein Sein, hizo un llamado a la unidad tras el brote de violencia antimusulmana del mes pasado en el que murieron más de 40 personas y decenas resultaron heridas.
En un discurso a la nación para conmemorar las festividades de Año Nuevo, el mandatario indicó que los diversos pueblos y religiones deben coexistir respetando sus mutuas diferencias.
Durante los hechos de violencia, que se extendieron por varias regiones del país, multitudes de budistas, que son mayoría en el país, atacaron mezquitas y otras instalaciones de la minoría musulmana.
El gobierno, sin embargo, rechazó los informes de que soldados y la policía tomaron parte en los enfrentamientos.
