¿Por qué la cúpula del PLD considera un acto de indisciplina el que se le cuestione el manejo que hacen de los fondos públicos? Tres razones podrían estarlos llevando a pretender guardarse en un acápite inexistente en nuestros estatutos, acápite que nunca existió y que a alguien, en su sano juicio, no se le ocurriría reclamar que se implantara porque si hay algo que se ha predicado con mucho fervor en las filas peledeístas es la necesidad de fiscalizar el uso de los fondos públicos. Pero como dije; tres razones podrían estar motivando su insano apetito:
1- El hecho de que no tengan como justificar su actual fortuna.
2- El hecho de que ni siquiera a su propia familia pueden convencer de que el nivel de vida que llevan lo cubren con los ingresos de sus salarios.
3- El hecho de que no pueden explicar, claramente, el manejo que hacen de los fondos que la nación ha puesto bajo su responsabilidad.
Si pudieran hacer esas tres cosas, es decir, explicar de dónde sale la actual fortuna que poseen, explicar de dónde sale el dinero para pagar por el nivel de vida que llevan y explicar como manejan el presupuesto bajo su responsabilidad, todos estarían en los medios de comunicación exigiendo debate oral público y contradictorio. Todos estarían demandando de los compañeros que salgamos ante la opinión pública a exponer la pulcritud y la capacidad con que los fondos públicos son manejados y nos demandaría el hablar constantemente de las virtudes de nuestros ministros.
El Comité Político piensa que con amenazas puede silenciar la necesidad de reforma que el PLD tiene, sobre todo en materia de “checks and balances”; es decir, en materia de vigilar y balancear. Pedirle a los diputados y senadores peledeístas, como lo demandaron Reinaldo Pared Pérez y Julio C. Valentín, que aprobaran el préstamo para los Súper Tucano, esgrimiendo como única razón que “Leonel tiene interés en eso”, es una muestra, más que clara que esos compañeros no tienen la mas mínima idea de lo que son y de lo que representan; conducta en la que deben basarse los legisladores para no seguir sus directrices y para cuestionar públicamente todos sus actos.
La cúpula peledeísta ha disfrutado siempre de los más altos puestos públicos, pero no quieren que se le juzgue por su record y cuando uno lo hace entonces quieren acusarte de indisciplina. La confusión en su estado mental es tan grande que llegan a la locura de reclamarle a los compañeros que plantean “en sus organismos” las inquietudes que tengan sobre la institución que ellos dirigen, como si las instituciones públicas fueran propiedad de los organismos del PLD.
Ahora, ningún miembro de la cúpula peledeísta ha ido a un intermedio del PLD a decir cómo va a gastar el presupuesto de la institución que dirige; y sería una locura que lo hiciera porque, reitero, las instituciones públicas no son propiedad de los organismos del PLD. Las instituciones públicas pertenecen al pueblo dominicano y sus desafíos, su deterioro y su progreso deben ser objeto del debate público, no de algo que debe tratarse en los organismos del PLD.
La única cosa que se puede debatir en los foros peledeístas es la determinación de la visión de futuro que el Partido tiene o debe tener frente a la situación nacional, a la situación regional y a la situación global. Una vez nos hemos puesto de acuerdo en qué tipo de sociedad queremos, cómo debemos plantearles nuestra visión al pueblo dominicano, cómo implementar los cambios por lo cual el pueblo votó y quiénes deben jugar, y qué rol deben jugar en ese proceso, entonces ya todo pasa a ser público y a los líderes que intervenimos en ese proceso se nos debe juzgar por nuestro record, no porque seamos peledeístas.
Si nos acogemos a lo que fueron las prédicas de las virtudes morales, las que nos llevaron al PLD, antes que ofendernos, muy por el contrario, deberían ser ellos, la cúpula, quienes reclamen que sus fortunas sean escaneadas.
Algunos ejemplos ilustran este dilema: Alejandrina Germán tiene una tremenda caída en el manejo del desayuno escolar, un hecho público, un caso público, y entonces quiere que los peledeístas se amordacen y que planten sus inquietudes en “los organismo del PLD”. ¿Qué tienen que ver los organismos del PLD con el desayuno escolar? Eso es algo que corresponde al ministerio de educación, una institución pública, eso no corresponde a un organismo del PLD.
José Ramón Fadul, está como ministro de comercio desde hace tiempo, y no ha podido lograr que los residentes tengamos acceso al gas natural, no ha podido transparentar el precio de los combustibles, cada día se muestra más incapaz, pero quiere que eso lo planteemos en los organismos del PLD. ¿Qué tienen que ver los organismos del PLD con la comercialización del gas natural? Nada, pero Fadul cree que el remedio a su incapacidad es el silencio de los peledeístas.
A Francisco Javier, el turismo se le despedaza en las manos, cada día son menos lo que llegan, y cada día son más lo que se van para no regresar, nunca jamás; pero el quiere que eso se discuta en los “organismos del PLD”. Temistocles Montas hace apenas seis meses publicó una colección de artículos que los usó como base para hablar en “nombre del equipo” y proclamar que la sociedad dominicana hacia donde deber mirar es hacia la sociedad norteamericana, que debemos usarla para medirnos, usarla como modelo a imitar y tenerla como nuestro anhelo de lo que debemos ser, pero ahora anda organizando seminarios para decir que la economía norteamericana es la responsable de la actual desgracia que padece el mundo.
La cúpula del PLD sabe que los desafíos de los ministerios, que la incapacidad de los ministros no pueden discutirse en los organismos del PLD, porque los ministerios son entidades públicas y el único lugar que existe para debatir los asuntos públicos es el foro público. Y si usted no es capaz de soportar el Foro Público, la exigencia pública, eso significa también que usted es incapaz de gobernar.
La cúpula, por más que disimule lo que siente, sabe que está haciendo un reclamo de idiota; la cúpula sabe que las discusiones de los asuntos públicos en los organismos del PLD son letras muertas, que no irán a ningún sitio y que los actores no tendrán acceso al primer mandatario, con lo cual no podrán expresar sus reclamos. Y a eso apuestan.
Compañero, si usted no quiere ser juzgado por su record, no asuma el puesto público, pero si usted lo hace, sepa que con eso me autorizó a enjuiciarlo públicamente; y lo haré, y usted no puede hacer nada para impedirlo. Y prepárese para entender el que al juzgarlo públicamente yo no le estoy faltando el respeto sino que estoy haciendo uso del poder que la Constitución de la República me otorga.
