Llenas de basura, cubiertas en graffiti, las cabinas telefónicas son como un ejército derrotado, aniquilado por el imparable avance de los celulares.
Cuando el inventor estadounidense William Gray instaló la primera cabina telefónica en un banco de Connecticut en 1889, inició una nueva era de comunicación pública.
También se convirtió en un lugar ideal para que Clark Kent pudiera ponerse las ropas de Superman.
Pero el héroe de traje azul y rojo se lo pensaría hoy dos veces antes de meterse en una de ellas.
Ciudad dinámica
La ciudad de Nueva York contó en su día con 35.000 cabinas telefónicas, hoy de ellas quedan 11.000, pero la ciudad espera detener este declive.
Se ha propuesto renovar sus teléfonos públicos y para ello ha lanzado un concurso para reinventar este tipo de teléfonos.
«Nueva York es la ciudad más dinámica del mundo, y aunque la tecnología que nos rodea ha cambiado, los teléfonos públicos han permanecido iguales durante décadas», dijo el alcalde de la ciudad Michael Bloomberg.
La competencia recibió 125 prototipos físicos y virtuales de diseñadores urbanos, planificadores y expertos en tecnología y los jueces seleccionaron a seis ganadores basándose en la conectividad, creatividad, diseño visual, funcionalidad e impacto en la comunidad de los proyectos.
Datos y recarga
El proyecto ganador en la categoría de funcionalidad, Smart Sidewalks, fue descrito como «la biblioteca sin muros del siglo XXI».
El prototipo de Smart Sidewalks es un punto de información con pantalla táctil y estación de carga.
Se trata de un panel vertical de unos 15 cm de ancho sobre el pavimento, que hace las veces de pantalla táctil, punto de conexión wi-fi, carga de batería y toda una serie de funciones más.
Pero esta instalación alimentada con energía solar va más allá; proporciona información como la velocidad del viento, lluvia y temperatura.
Este tipo de estaciones de información pública podrían «ayudar a dar nueva forma a la ciudad», dicen sus diseñadores.