A pesar de la diferencia de criterios, el manejo político del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, no podrá pasar de largo, ni para sus más acérrimos críticos, quienes han tenido que reconocer el liderazgo global de su figura, que trasciende a la integración regional y marca paradigmas dignos de ser evaluados, sobre todo en estos tiempos de crisis económica y de valores a nivel mundial.
Los funerales de Chávez han reflejado una continuidad de su legado, mediante el cual llamó constantemente a la unidad y acercamiento sin prejuicios de los pueblos.
Fue la multitud primero, representada en todos los rostros, edades, clases sociales, que invadieron las calles caraqueñas y rindieron postrer tributo al mandatario; en tanto que desde diferentes continentes, no solo llegaron mensajes de condolencias, sino que sus principales ciudades devinieron escenario de concentraciones multitudinarias. Sin duda alguna Hugo Chávez marcó una actitud solidaria, no solo en América Latina y el Caribe, sino también hacia otras tierras, incluyendo los Estados Unidos de América.
Finalmente, la presencia de jefes de estados e importantes figuras de la política internacional y de otros sectores, mostraron que el llamado a la integridad no se define solo territorialmente, sino que puede llegar a cualquier confín de este planeta.
¡Descanse en paz, Comandante Presidente! Durante muchas décadas, amigos y enemigos hablarán de su legado, aun cuando muchos no comprendan su manera de proceder en pro de esa mayoría que tuvo la oportunidad de soñar con un mundo mejor.