Todos los países del mundo, como era de esperarse, se encuentran preocupados por la crisis financiera que afecta al mundo. A partir de 2009 es que realmente las economías de las naciones comenzarán a sentir los fuertes estragos a raíz de que la economía más sólida del mundo atraviesa por graves problemas financieros.
Los pronósticos no son muy alentadores, sobre todo para los dominicanos que dependen directamente de esta potencia como lo constituye los Estados Unidos.
No cabe duda, que para el próximo año una gran ola de desempleo afectará al país. En España más de 400 mil inmigrantes se encuentran desempleados.
El mismo presidente Fernández admitió que 2009 se percibe dificultoso y si desde ahora el jefe de Estado comienza a dar pinceladas de lo qué será el próximo año para la República Dominicana, deja claro que la preocupación de ciertos sectores está bien fundamentada.
Prácticamente, ante un inminente aumento de desempleo en el país, deja bastante claro que por lo tanto en 2009, los actos delictivos y vandálicos aumentarán significativamente, ante un gobierno que se verá incapaz de satisfacer las necesidades básicas de los dominicanos.
Los dominicanos hablan sobre la envergadura de la crisis mundial, pero en realidad no están bien concientizados de lo que esto significaría para un país como el nuestro, donde las remesas y el turismo son sectores económicos que serán altamente afectados.
El economista Carlos Despradel aconsejó al gobierno dominicano que sea moderado para el próximo año, ya que en el país existe un déficit de la balanza de pagos.
Sin embargo, en un país como el nuestro, donde en ocasiones se realizan gastos innecesarios, a la última palabra que recurriría el Estado dominicano sería a la de austeridad y aunque se proponga esto, nunca los funcionarios públicos que son los principales privilegiados cumplirían esta medida.
Mientras en el país se sigan haciendo consumos superfluos y no se tomen medidas enérgicas, esta crisis global que apenas acaba de comenzar golpeará de forma más severa a aquellos países como es el caso de la República Dominicana, que no se someten a verdaderas medidas de austeridad.
