LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
En medio de la multitud iracunda, y al mismo tiempo alegre por reconocerse ciudadanos con voz, una muchacha desplegó en el asfalto estos versos de Benedetti contra los indiferentes, que ya son menos: “No te quedes inmóvil/al borde del camino/ no congeles el júbilo/ no quieras con desgano/ no te salves ahora/ ni nunca/ no te salves/ no te llenes de calma/ no reserves del mundo/ sólo un rincón tranquilo/ no dejes caer los párpados/ pesados como juicios/ no te quedes sin labios/ no te duermas sin sueño/ no te pienses sin sangre/ no te juzgues sin tiempo”.