Bogotá.- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y las comisiones de paz del Congreso colombiano entregarán el próximo jueves a Cuba y Noruega, en su condición de garantes, los resultados de la consulta a la sociedad civil sobre el proceso de paz.
Un día antes el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) reanudarán en la capital cubana -su sede permanente- las conversaciones en pos de una solución pacífica del conflicto que perdura desde hace medio siglo en el país suramericano, como una espada de Damocles.
El informe recoge las propuestas de mil 300 organizaciones sociales, distribuidas en nueve mesas regionales, y tiene como eje vertebral un clamor común: que las partes no se levanten de la mesa de conversaciones hasta que la paz se vislumbre como un hecho tangible, real, para los colombianos.
Según declaró el representante a la Cámara por el Polo Democrático, Iván Cepeda, el documento consta de tres partes: una relatoría de las iniciativas distribuidas en 67 líneas temáticas, realizada por el Pnud, otra con lo consignado por los voceros de cada mesa y una tercera con los textos que sirven de basamento a las propuestas.
Las dos mil 600 personas que participaron en estos encuentros, detalló, plantearon una amplia gama de iniciativas para ser tenidas en cuenta a la hora de definir el «Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera», entre las cuales sobresale la necesidad de una reforma agraria en Colombia, dijo.
En ella figuran, por ejemplo, señaló, cómo distribuir la tierra y qué medidas pueden limitar el acaparamiento o profundizar la restitución, y «la creación de determinadas zonas que preserven una propiedad colectiva de las tierras, como las zonas de reserva campesina».
«Hay una enorme preocupación en torno a quién se le van a entregar los terrenos baldíos y, por otro lado la urgencia de agilaizar todo lo concerniente a la restitución de tierras», afirmó Angela Robledo, congresista del Partido Verde y copresidenta de la Comisión de Paz de la Cámara.
La tierra es precisamente el primer punto en la agenda de diálogo, cuyo análisis se mantentrá vivo en esta segunda ronda de discusión de la mesa de diálogo -iniciada el 19 de noviembre último en la capital de la isla- y un tema clave en la cristalización de la paz.
Sobre todo teniendo en cuenta que Colombia es el tercer país con mayor concentración de tierra en el mundo, y cuya posesión permanece en manos del 0,5 por ciento de una minoría privilegiada, dueña de la riqueza.
Otro de los asuntos planteados por las regiones fue la búsqueda de alternativas a los cultivos ilícitos. En tal sentido, Cepeda manifestó que «más que propuestas de las que pudieran imaginarse, devinieron verdaderos modelos de sustitución de esos cultivos, ensayados en distintas regiones del país».
El tema electoral y de participación política fue otro de los que centró la atención en las mesas regionales.
«Hay un planteamiento sobre la necesidad de erradicar toda forma de violencia de la política, subrayó Cepeda, así como garantizar mecanismos de participación a numerosos sectores sociales, no solo a los de oposición, sino a las mujeres y a los jóvenes, y cómo buscar que se modifique el sistema electoral, puntualizó.
Guillermo Rivera, integrante de la Comisión de Paz de la Cámara, explicó, en este sentido, que «también abundaron propuestas para abrir espacios de participación y reconocimiento a las nuevas expresiones políticas».
A finales de enero de 2013, expresó, comenzarán las mesas regionales sobre reparación a las víctimas.
Tras varios meses de acercamientos exploratorios y el anuncio oficial de las partes de sentarse a conversar en busca de una salida política del conflicto armado, la mesa de diálogo se instaló en Oslo, capital de Noruega, el 18 de octubre último, con ese país europeo y Cuba como garantes.
La víspera el presidente Juan Manuel Santos afirmó que a más tardar en noviemnbre de 2013 se habrá definido la paz en Colombia, o quizás antes incluso, tras pedir a los colombianos que no presionen a la mesa de diálogo, pues un conflicto de 50 años no se puede resolver en una semana ni en un par de meses. ocs/ag
