Lo que presentan como reforma fiscal nos afecta como a todos los dominicanos. Los pensamientos van y vienen. La costumbre nos acerca a la Biblia donde palpo la realidad y decido que rumbo trazar. Pablo el que fue ardiente perseguidor de las ideas cristianas y convertido, hombre nuevo, incansable viajero proclamando las buenas nuevas. La salvación en Cristo. Va a los filipenses: sean iguales a los filósofos estoicos: “todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud o valor ténganlo en aprecio”. Esta carta es una invitación al buen comportamiento, que en sus actuaciones sean palpables las virtudes que los filósofos estoicos mostraron: que los otros estén convencidos de su humanismo.
Los que presentan la solución a la grave crisis fiscal, son los mismos actores que la crearon, ocultaron y mintieron asegurando que la economía crecía y que era invulnerable. No sorprende, como las seis veces anteriores busquen resolver el mal que a ellos no afecta, con la sentencia oculta de Darwin: “solo el más fuerte y mejor adaptado sobrevive”. Es brutal, lo aplica el León en su vida animal. Para los humanos lo que se impone es la verdad, el bien, no la fuerza. En este caso los impuestos fiscales.
Soy lo que me doy, no lo que el otro me impone. Lo decisivo es una situación, es que uno mismo le dé un sentido a su vida. Es inaceptable abuso tras abuso, ya son siete contrarios a la naturaleza humana, de ahí las grandes convulsiones de los pueblos maltratados.
Los politicastros vocean “voten honorables”, yo lo observo sin valores, lo mencionan pero no lo respetan. Impuros deciden sin leer contra la esencia de la vida del pueblo. Apegados a sus bolsillos y alejados de hacer este país tierra de humanos hermanos.
Es una desgracia lo que sufrimos los dominicanos que quien rehúye la responsabilidad de su propia vida, carece de hombría para asumir la responsabilidad por los otros. No asume que van de la mano la responsabilidad por si mismo y por los otros. Como no existe la disposición para ser responsables es imposible que los ciudadanos tengan una vida plena. Creo con firmeza en la fuerza de que el mal no es el final. El bien, amor del hombre por el hombre, para eso fuimos plantados en esta tierra.
La verdad es más fuerte que la violencia impositiva económica, esa debilidad viola la ley de la creación, ahí está el mal. Seamos realistas creamos en la superación de esa dañina decisión contra la vida de la gran mayoría.
Los dominicanos necesitamos hombres Duartiano, de conocida honestidad en distintas circunstancias. De responsabilidad firme, que no se hayan comprometido con acciones dañinas y que no pertenezcan a grupos absorbentes de la dignidad individual.
Nuestro invitado de hoy. Juan XXIII: El respeto a la persona humana debe marchar delante de cualquier consideración de progreso económico.
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.
Meditabundo: perdida de la calidad de vida
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Story
Page