Si el amor de patria no nos une a los que protestan protegiendo loma Miranda, no es amor. Se habla con disgusto de los que se llevan la riqueza de la tierra y no se enfrentan a los dominicanos que entregan lo que no es de ellos. ¿Qué sentimiento los motiva? Todo se sabe, la verdad sale al sol, nadie la puede detener.
Los que aprobaron sin leer el acuerdo para la exploración y explotación de las riquezas mineras y el que durante ocho años negó, ocultó, el déficit fiscal que ahora entrega para una reforma de impuestos a los legisladores para su aprobación, nos recuerda la sentencia de Ghandi: “Cuando el ojo de una persona dice una cosa, su lengua otra, y su corazón otra distinta, estamos ante un tipo que no sirve para nada”. En nuestra adolescencia el viejo del barrio que nos aconsejaba, lo llamaba: pájaro de mal agüero.
La vida cuestiona. ¿Por qué ciertos políticos son millonarios, el gobierno en déficit presupuestario y los dominicanos en el cuarto lugar de hambre en América Latina? Los que disimulan su identidad son los grandes negociantes, solo invierten promesas mentirosas y moral hipócrita. Obtienen. Poder-teneres y gozan. Se elevan por encima del ciudadano como un narcisista pavo enamorado, pero, realmente es un nítido retrato de ridiculez. Dando vigencia a esta verdad: Nadie ha podido y podrá borrar, hacer desaparecer como que no sucedió lo que la naturaleza le repudia: Sus malas acciones.
El déficit fiscal motiva a que nuestros pensamientos tracen rumbos al análisis del comportamiento humano, uso y abusos. No veo la virtud en el sentido de amor a la patria.
Cuando las virtudes no existen, no hay dignidad, las buenas costumbres se eliminan y la ambición de los espíritus débiles que la anidan y la avaricia domina, no piensan en lo que tienen, sino en lo que quieren. Insaciables. Las ansias cambian el objeto, se separa lo que se amaba, de ser libres con las leyes, se pasa a serlo contra ellas. Arruina el país y la fuerza de esos nuevos poderosos (millonarios), controla todos los poderes del Estado.
Los varones politicastros son un grupo de perversos con todos los vicios de uno solo, pero, cuanto más parezca beneficiarse de sus teneres, más cerca está el momento de perderlo. Violan las leyes establecidas por Dios y las creadas por los hombres. Las cambian con el único interés de llenar más el bolsillo.
No existe la separación de los poderes, reina lo que Montesquieu llamó “poder frena poder”. Eso no es libertad política. No palpo la virtud política, que es la virtud moral cuyo objetivo es el bien común. Esta es la visión del verdadero líder: La gente.
La política no es la ciencia soberana como la explicaba Aristóteles. La política no es nada, si no recibe sus principios fundamentales de la moral y si no procura seguirlos.
Deseamos ver cosas buenas para sentirnos cerca de Duarte. Pero, hay más Santana y Báez.
Nuestro invitado de hoy. P. Zezinho: “Si cada persona luchara por la verdad y por su derecho a ella, seríamos todos menos injustos.
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.
Meditabundo: todo sale al sol
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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