La noticia acerca de que en Nagua se ha desatado una plaga de mosquitos, la cual afecta a los moradores de diversos barrios de dicho municipio en la provincia María Trinidad Sánchez, no resulta novedosa, pero si alarmante.
A partir de las fuertes lluvias provocadas por el huracán Sandy, las consecuencias deben formar parte de las medidas preventivas en todo el país, pues sin contar los recientes aguaceros e inundaciones dejadas por el décimo fenómeno atmosférico de la temporada, República Dominicana ha padecido los frecuentes embates del dengue, que han dejado lamentables víctimas humanas.
Las autoridades de Salud Pública tienen ante sí desafíos impostergables y los operativos de fumigación en las zonas afectadas por las plagas y en la mayor parte de las comunidades proclives deben llevarse a cabo cuanto antes; así como proseguir con la orientación a la población sobre cómo evitar los criaderos del aedes aegipty.
Más allá de la entrega de mosquiteros y sábanas a la población, tal y como han expresado los comunitarios, otras acciones deben acompañar con mayor efectividad el enfrentamiento a estos insectos capaces de provocar peligrosas enfermedades que pueden acabar con la vida misma.
En realidad, la nación arrostra momentos difíciles en todos los sentidos, pues sin pasar por el territorio nacional, Sandy dejó, además, cuantiosas pérdidas en los cultivos agrícolas, viviendas dañadas y todo esto sin mencionar el trauma de las miles de familias desplazadas con menores y envejecientes, que deben retornar a la pobreza y pensar en cómo enfrentar futuras situaciones así…
¡Seguimos en combate…!
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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