Deplorable y triste la imagen del joven que, ubicado en la estratégica esquina de la avenida Rómulo Betancourt, próximo a la Privada, exhibe un letrero que le envuelve el pecho, donde puede leerse el anuncio: “¡Se vende!”. Y lo que más aflige es que no se trata de un anuncio externo. O sea, no vende su casa, sus ropas u otras propiedades, de las cuales muy pocas le quedan: Se vende a sí mismo.
Las averiguaciones arrojan datos increíbles. El joven, quien habla más de seis idiomas y proviene de una familia decente, trabajadora, cuyos recursos han sido ganados con esfuerzos y dedicación durante muchos lustros, se unió a alguien que dependía incondicionalmente de las drogas y al cabo de un tiempo, cada cuadro y propiedad de sus parientes comenzaron a desaparecer paulatinamente, hasta este momento en el cual, sin nada más que vender, se ofrece a sí mismo como mercancía.
En los días que corren, las presiones sobre los narcotraficantes aumentan a la par de los hallazgos. República Dominicana, de bien ubicado puente pasó a poderoso consumidor, donde confluyen los de afuera y los de adentro con sus múltiples alijos.
Ni los aviones Tucanos y la vigilancia aérea han impedido que la droga siga llegando, quizás exista alguna disminución del lanzamiento por aire; pero por mar y tierra sigan transportándose en gran escala.
El secretario adjunto del Departamento de Asuntos Antinarcóticos de los Estados Unidos, William Brownfield, se comprometió, en nombre de su país, a seguir apoyando la lucha contra el crimen organizado, a la vez que reconoció el lugar geográfico que ocupa esta nación, como sitio privilegiado del narcotráfico.
Y todavía hay quienes pretenden legalizar en el país el consumo de sustancias prohibidas, sin que existan normas médico- sanitarias que prevean cómo tratar casuísticamente las adicciones y su correspondiente tratamiento. El joven con el cual iniciamos estas líneas, no solo ha destruido su vida, sino la de todos sus familiares y, por supuesto, es una triste realidad para la sociedad dominicana.
¡Se vende!
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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