Los feminicidios y las agresiones contra las mujeres ocurridas la semana pasada en República Dominicana deben alertar a quienes están llamados a luchar contra este mal que ha causado tanto luto, a tal punto de convertirse en las peores estadísticas noticiosas en el país en los últimos años, hasta el punto que algunos han calificado la situación como “tragedia nacional”.
Estudios resientes sitúan la nación entre un grupo de los países con una alta tasa de homicidios de mujeres, de entre 3 y 6 por cada 100,000 féminas. Los asesinatos de hembras ocurridos en territorio dominicano durante los primeros nueve meses de 2012, según levantamientos de los observatorios de Ejercicio Ciudadano de las Mujeres y Femicidios de la UASD, fueron 142.
A nivel de Latinoamérica y el Caribe, un 17% de las mujeres son víctimas de homicidios intencionales, de las 66.000 muertes que acaecen cada año en la región. Un tercio de estos crímenes se perpetraron con armas de fuego.
En general, los porcentajes de femicidios son más elevados en pueblos caracterizados por altos niveles de violencia y en estos casos las mujeres son atacadas en la esfera pública y los asesinatos son perpetrados en un clima general de indiferencia e impunidad.
Las autoridades dominicanas deben actuar rápidamente contra este flagelo que está dejando miles de niños huérfanos y no renunciar al anuncio hecho por el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, de convocar a los organismos correspondientes para reformular una nueva política de acción que puedan evitar estas tragedias en el seno de la familia.
Feminicidios: tragedia nacional
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