Una vez más, el joven norteamericano Carim Abunaba’a Nicolás puso de manifiesto sus excesivos privilegios dentro del gobierno que preside su suegro, el presidente Leonel Fernández, cuando logró que los fiscales no se presentaran a la audiencia, donde era acusado de amenazar de muerte al abogado Gustavo Mejía-Ricart.
Carim, quien vive vanagloriándose de ser novio de Nicole Fernández, la hija mayor del presidente Fernández, se ha valido de sus relaciones con el poder para evadir enfrentarse a la justicia, tras haber sido sometido por amenazas de muerte y estafa.
Pese a un tribunal haber emitido una orden de prisión en su contra, Carim se mantiene asistiendo a eventos sociales acompañado de un sequito de guardaespaldas, como fue el caso de su asistencia al concierto del regetonero puertorriqueño Daddy Yankee.
Fue tanto el aparataje que rodeaba a Carim y a su acompañante Nicole Fernández, que a su llegada al Estadio Olímpico todo el mundo pensó que había sido el intérprete boricua.
Las cosas de Ito
Un pajarito nos dijo que ya Ito Bisonó anda “azarando” la unificación del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y cuestionando que para dónde va el partido con Morales Troncoso, Amable Aristy y Quique Antún, como cabecillas.
Ito, diputado por el Distrito y aspirante a la presidencia del partido colorao, debe tener en cuenta que escenario usa para decir las cosas, porque hay muchas personas que le gusta vivir de contar lo que escuchan.
Bisonó, que nos atreveríamos a decir que tiene pocas posibilidades de alcanzar el máximo cargo a lo interno del PRSC, le ha pasado como a Chacumbele: él mismo se mató.
¿Y quién fue ese barbarazo?
Grafiquemos la escena del crimen como si se tratase de una película: avenida Abraham Lincoln esquina Roberto Pastoriza; vemos a un joven, con guardaespaldas, parado frente a una estación de combustibles, luciendo unos lujosos espejuelos que al instante le fueron arrebatados por un ladronzuelo que se desplazaba en una motocicleta.
Sin pensarlo dos veces, el joven voltea la vista y ordena a su espaldero que mate al ladrón. El guardaespaldas, subalterno al fin, cumple con el mandato, matando al muchachito, de unos 20 años de edad, y subiéndolo al vehículo de su jefe y dejándolo abandonado en un hospital, donde llegó moribundo y, finalmente, falleció.
El guardaespaldas giró a buscar a su jefe y… colorín colorado, el cortometraje ha terminado.
Esto no es una película, fue un sucedo real; pero todavía no hemos logrado identificar al protagonista para que pague por el crimen cometido. ¿Usted lo conoce?