La ética no es un adorno, es vivir en la verdad.
Si la ética se mira al espejo y no baja la mirada, está en sí misma. Responsable.
Si la ética observa que la corrupción le muestra la lengua y la insulta, y no altera su interior, la está dominando.
Si la ética es precisa, concisa, incisiva y justa el desacato administrativo está acorralado.
El Código de Ética que no aplica su fuerza moral, es un velero sin viento.
Si los guerreros de la ética son valientes dejan huellas luminosas como el sol.
Si los guerreros de la ética tienen ojos de águila, el peculado es nati muerto.
Si los guerreros de la ética aplican la Doctrina Duartiana y Boschista, no se viola la Constitución y leyes.
El deber ciudadano espera que los guerreros de la ética despierten las archivadas irregularidades informadas por la Cámara de Cuentas.
Mirando tantas Jeepetas en la ruta del poder administrativo y judicial, la moral y la ética se preguntan. ¿De qué sirve sentarse cómodo en el lujo si es un disfrute del déficits fiscal?
La firma del Código de Ética indica que el capitán conoce el mar con vientos de vicios tormentosos y traza el rumbo de la nave en la honestidad y lealtad al juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.
Qué bueno observar el desafío público a los serviolas de la ética recibiendo dardos envenenados de manos que firmaron el Código de Ética. El ciudadano aplaude al ver que dan vigencia a la Ley del Servicio Administrativo, no se permite el dañino “E´pa fuera que van”. Se respeta la dignidad del servidor, el barco no se ancla en el lodazar, la directiva del capitán se obedece y no se releva la buena tripulación. La proa del buque enfila entre balizas con rumbo verdadero al puerto Duartiano-Boschista. Ahí los eslabones peculado y extorsión son partes de la cadena rota.
Como hemos navegado singladuras por distintas latitudes, con el debido respeto les digo a los serviolas de la ética que en la Biblioteca de Cannes, Francia, 1953, leí: El mundo entero se mantiene en orden por medio del castigo. Lo recuerdo bien. Está en el Código Hindú: de Manú.
El deber ciudadano se pregunta ¿Fueron castigados los que firmaron y violaron el Código de Ética? Llegó el hoy moral. Sonó el clarín anhelado: La directiva del Código de Ética. La aplaudimos y todos estamos obligados a cumplirla. Es un deber ciudadano.
Nuestros invitados de hoy: Juan Pablo Duarte: “El gobierno debe mantenerse justo y enérgico o no tendremos patria y por consiguiente libertad ni independencia nacional”.
Esquilo-las coeforas: “¡Oh! cuando vendrá el fin, donde el furor de la calamidad hallará su ocaso”.
Excúseme nos llega otro invitado. P. Zezinho: “una república se hace con honestidad, trabajo, respeto al ciudadano y más celos en cumplir los deberes que en conseguir más derechos. Sin renuncias por parte de todos no existe la democracia”.
¿Qué piensa dominicano? Debes amar el bienestar de la familia, que es la tuya. Escuchamos: queremos y vamos a servir, pero, no solos, la tarea es de todos.
Qué bueno que se valora la dignidad humana.
* El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.