Washington.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, respondió hoy durante un evento de campaña en Ohio a los ataques de su rival republicano Mitt Romney haciendo uso de metáforas deportivas y después se desplazó a algunas de las áreas afectadas en Luisiana por el huracán «Isaac» la pasada semana.
Obama quiso responder primero a los ataques que el exgobernador de Massachusetts le había dirigido el pasado jueves durante el discurso de aceptación de su nominación como candidato a la presidencia por el Partido Republicano, en el que se refirió al presidente como «un entrenador» al que era necesario sustituir.
El presidente estadounidense aseguró ante los miembros de un sindicato de trabajadores de la automoción en Toledo (Ohio) que Romney «debería patear bien lejos su libro de jugadas económicas» y afirmó: «este partido no lo van a ganar», en alusión a los comicios de noviembre.
Obama continuó con las metáforas deportivas, y aludiendo al fútbol americano, que comienza hoy su temporada, el presidente enumeró, lo que a su juicio, hará el candidato republicano con la economía si llega a la presidencia.
En el primer down (intento), Romney aumentaría los impuestos a la clase media con el fin de dar incentivos fiscales a los ricos, aseguró.
En el segundo, «(Romney) decidirá en el último momento» y desmontará la ley de salud, además de las regulaciones financieras y sobre medio ambiente; y en el tercero, agregó, «llamará a la Virgen María» -que en la jerga de fútbol americano implica dar un pase desesperado- «y acabará con el Medicare tal y como lo conocemos».
«Ese es su libro de jugadas. Ese es su plan económico», subrayó ante los empleados del sindicato automotriz hoy, Día del Trabajo en Estados Unidos.
El presidente estadounidense se refirió además a la Convención Republicana que tuvo lugar la semana pasada en Tampa (Florida), tres días que consideró «repletos de una agenda del siglo pasado».
«Era como ver imágenes en una televisión en blanco y negro y con antenas», ironizó Obama, que esta semana será nominado candidato del Partido Demócrata en la convención que comienza mañana en Charlotte (Carolina del Norte).
Tras su encuentro en Ohio, uno de los estados clave el próximo noviembre para definir quién será el próximo presidente, Obama acudió a Nueva Orleans, la capital del estado de Luisiana, uno de los más afectados por el huracán «Isaac» la semana pasada.
Obama recorrió el barrio San Juan Bautista Parish, uno de los más afectados por las inundaciones en la ciudad, y visitó a algunos de los vecinos que sufrieron las inclemencias del huracán, con los que habló brevemente.
El presidente estadounidense se preocupó por las labores de recuperación de los hogares y animó a los ciudadanos cuyas casas se habían inundado, en una visita en la que también se encontró con el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, entre otras autoridades.
«Quiero felicitar a todo el mundo que está aquí por el extraordinario trabajo que han hecho asegurándose de salvar vidas, ya que aunque ha habido numerosos daños, la gente ha podido ser evacuada con rapidez», dijo el presidente al finalizar la visita.
Obama recordó que «aun queda mucho trabajo de reconstrucción por hacer», y advirtió que una de las cosas más importantes sobre las que EE.UU. tiene que trabajar es sobre la prevención de este tipo de desastres.
Finalmente, el presidente estadounidense quiso dejar a un lado los partidismos en este periodo electoral: «En este tipo de casos no somos ni demócratas ni republicanos, somos todos estadounidenses y me siento orgulloso de vosotros», concluyó.
Según las autoridades de los estados afectados, el huracán «Isaac» causó la muerte de ocho personas, seis en el estado de Luisiana y dos en Misisipi. EFE