La semana pasada, la Organización Latino-Americana de Asistencia Social (OLAS), institución benéfica , que se ocupa y preocupa, por la suerte de todos los dominicanos que residen en el estado de la Florida, llamó a los diputados de ultramar, y a todas las instituciones que de alguna manera inciden en el accionar de los dominicanos en el exterior, a participar en la realización de una cumbre, en la que se planteen soluciones y la elaboración estratégica de la agenda legislativa, que estos representantes genuinos de la diáspora, habrán de desarrollar en el próximo cuatrienio legislativo.
La campaña política terminó el 20 de mayo pasado. El proselitismo político partidario es hoy día cosa del pasado. Ese bloque de diputados, que independientemente de estar cobijado de las banderías políticas que los condujeron a los escaños que hoy ocupan, tienen la obligación de colocarse por encima de esos intereses, y entender la particularidad que existe en los dominicanos que viven en el exterior. Los sentimientos del que emigra, van más allá del color de cualquier partido político. Es el sentimiento patrio que definitivamente nos une, y que tiene explicaciones de tipo sociológicas y sicológicas. Es ese sentir por el pabellón de cruzados rojos y azules lo que nos identifica. Nos une la bandera nacional, el amor a la patria. De tal manera, que lo único que nos importa, es el saber que nacimos en el mismo suelo. Ahí no hay ningún tipo de distingos.
Las conquistas, por todos alcanzadas con la aprobación de la ley 136-11 debe continuar señalando el camino de la unidad y de la solidaridad. Los diputados del exterior son el resultado de esa ley, producto de esas luchas conjuntas, y por ende, estos nos pertenecen a todos por igual. Estaremos atentos y vigilantes ante la burocracia que asecha y a todo tipo de tentaciones que se asoman a las debilidades del ser humano, que cuando son llamados a ocupar funciones públicas importantes, en la mayoría de los casos se olvidan de sus iguales.
La cumbre que pedimos realizar, no es una utopía, como algunos pesimistas pretenden señalar. Es una necesidad que deben apoyar los congresistas, organizaciones y dirigentes políticos y comunitarios que verdaderamente luchan por los mejores intereses de los dominicanos del exterior. “HACIA UNA LEGISLACION DE APOYO Y SOLIDADRIDAD AL DOMINICANO DE ULTRAMAR” es una propuesta sana, y viable que hemos hecho de corazón. No procuramos con esta que se legisle para pasar facturas ni pordiosear lisonjas por nuestro aporte que de alguna manera todos hemos brindado desinteresadamente a nuestra patria. ¡JAMAS!.
Nuestras pretensiones con la realización de esta cumbre es para que desde el principio, nos avoquemos a soluciones y conquistas posibles. A la adecuación y reformas de leyes ya existente, y por una legislación que si ya políticamente nos ha incorporado a la nación y que, en un futuro cercano podemos ser una fuerza política determinante, nos incorpore también a las políticas del estado respecto al comercio, la educación, cultura, la inversión de capitales, la seguridad social y en otros tantos renglones a los que como dominicanos tenemos derecho.
Es aquí, en este escenario, donde la cruda realidad golpea con todo su rigor, en donde debemos todos ponernos de acuerdo, de hacia donde estamos y hacia donde vamos. Es aquí, en esta cumbre donde debe iniciarse el debate. Es aquí donde debe presentarse la agenda que habrá de conocerse para el bien de todos y todas los dominicanos que viven en el exterior. Es aquí donde deben realizarse vistas públicas y donde se dé el intercambio armonioso de ideas y debates. Podrá servir esta cumbre de inspiración y compromiso a nuestros legisladores para que monolíticamente unidos puedan alzar su voz en el congreso, para que realmente sean verederos interlocutores de nuestra realidad. Son estas las razones por la que nos hemos atrevido a convocar esta cumbre.
Nuestros flamantes diputados de ultramar tienen la honra y privilegio de ser los primeros; y el sagrado deber de marcar el camino y no quedarse enjaulados en sus curules camerales. Ellos simbolizan el maravilloso numero siete, que es un número mágico. Tengan presente lo que dice el sabio refrán, de que una sola golondrina, no hace primavera; pero si caminamos juntos sin banderías y fanatismo, podremos alcanzar los objetivos….la propuesta esta ahí. Esperamos sus respuestas.