Entrevistadas recientemente, algunas de las primeras damas de la región consideraron innecesaria esta oficina, o despacho, que las clasifica de esa manera, en virtud de que sus servicios y funciones podían realizarse en cualquier sitio y su responsabilidad existe y crece como ciudadanas comprometidas con el proceso que vive el país, como mujeres implicadas con su época y ¿por qué no? por ese lugar que la historia les otorga al lado del hombre que rige los destinos de la nación.
Algunas de las primeras damas confesaron gustarle la política y acompañar al mandatario en cada una de sus actividades, sin sentirse alejadas de ese enfrentamiento a las crisis: tanto económicas, como políticas y sociales que enfrenta el mundo y, particularmente, los estados menos pudientes, o en vía de desarrollo.
Pensar que tienen desempeños que para nada les enriquece por ocupar un cargo más o menos, porque las tareas que asumen se envuelven en temas vulnerables: como la migración, la niñez desprotegida, la trata humana, los feminicidios, violencia intrafamiliar, entre tantos aspectos por los que hay que luchar, sobre todo priorizando ese sueño que se llama educación para todos y todas y acabar con la pobreza que arrastra al resto de las calamidades que sufre la mayor parte de la población en este continente y en otros.
Si bien en “los despachos” se libran fuertes batallas y labores solidarias y humanas, como los que llevó a cabo la hoy vicepresidenta de la República Margarita Cedeño, ella misma se encargará de los temas sociales, que en definitiva se enlazan en el mismo tronco de lo anterior.
Una de las primeras damas, al concluir su entrevista enfatizaba: ¿y cuando deje mi esposo de ser Presidente, dejaré de ser y hacer cuanto antes había iniciado? Ella misma respondía: “estoy tan comprometida con mi nación que donde quiera que esté seguiré haciendo cosas por su mejoramiento y desarrollo”.
Bueno sería escuchar y atender opiniones de allá y de acá: no para repetir errores o copiar “más de lo mismo”, sino para ayudar en lo que realmente necesita la República Dominicana en ese camino trazado hacia lo que nunca se hizo y arreglando lo que está mal hecho.
¿Necesario el cargo de primera dama?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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