Diferentes profesionales de la conducta humana han coincidido en que la exposición en los medios de comunicación de imágenes crudas sobre asesinatos, feminicidios y violencia, tienen un efecto negativo en la población y en vez de disminuir los casos, pueden convertirse en un ingrediente más para su ocurrencia.
En ese sentido, el psiquiatra Secundino Palacios considera que las fílmicas de sucesos criminales son sumamente peligrosas en el comportamiento del ser humano, porque contribuyen a desensibilizarlo.
“El hábito de ver fotografías fuertes con rostros ensangrentados, mutilados y heridos por asesinatos o violencia intrafamiliar va formando poco a poco a un individuo incapaz de asombrarse por el dolor ajeno y lo regresa al instinto biológico animal primario, donde el sufrimiento humano le es indiferente” explica Palacios.
Aclara que después de ese proceso se da el fenómeno de la desensibilización, lo cual es dañino, por eso en todas partes del mundo se hacen las recomendaciones de que determinadas gráficas sean administradas, de tal forma que no impacten el psiquismo de aquellos individuos que están en proceso de crecimiento, desarrollo y formación, puesto que puede afectar su sensibilidad.
El especialista en psiquiatría compara la situación en que un ciudadano que se acostumbra a ir a la orilla del río para ver cómo fluye el agua, condición que lo vuelve más tierno, humilde y sensible. De igual forma, sucede lo contrario si lo que mira todo el tiempo son cosas funestas.
El experto en conducta humana comenta que cuando se publican videos o fotos de tragedias, los niños y adolescentes también consumen esas gráficas. Lo que califica de alarmante, debido a que son vulnerables en asimilar acciones violentas y agresivas, al ser manipulados fácilmente, sin ningún esfuerzo.
“Una persona desensibilizada ve el traumatismo, el dolor, sufrimiento, las heridas, o a su prójimo descuartizado y no le causa ningún impacto, por lo que la tendencia puede ser responder de la misma manera ante la sociedad”, apunta el galeno
El profesional de la salud mental destaca que afortunadamente el dominicano todavía se detiene cuando ve un accidente y hasta se forma un grupo humano. Acción que tiene un mensaje, pues muchos van a socorrer, otros se impactan, lo que significa que aun se valora la solidaridad humana.
La falta de empatía hacia el dolor del otro provoca que se pierda humanismo, cosa que no puede suceder entre las personas, “ya que si la condición trágica de los demás no nos molesta, ni nos lastima estamos perdidos”.
A juicio de Palacios, la solidaridad es un mecanismo de sobrevivencia que debe primar entre los individuos: “Fue ésta la que llevó al buen samaritano a auxilia al hombre caído en medio del camino, mientras los demás le pasaban por el lado”.
De igual opinión es el psiquiatra Luis Rafael Serrat, quien reflexiona que la crudeza de las imágenes no contribuye en nada, y es importante la prudencia al momento de manejar esos tipos de casos.
El también ex presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría (SDP), opina que es muy perturbador para los niños y jóvenes, los cuales no comprenden por qué un hombre asesina a su esposa o expareja; además, exponerlos a ver hechos de esa naturaleza no evita otras víctimas.
“Vivimos en un país donde na´ e´ na´, en el cual es común escuchar a las personas dar gracias porque la dejaron viva cuando le robaron o atracaron”.
Asimismo, el psicólogo clínico, Pedro Acosta, razona que las imágenes sangrientas no son agradables, ni le hacen bien a nadie, por lo que en la medida que puedan evitarse, deberían hacerlo, ya que solo provocan incomodidad en quienes las observan.
Acosta especifica que la conducta violenta es un componente tanto de la herencia, como del ambiente, lo que evidencia la relación existente con la experiencia diaria del individuo. Por esa razón, un niño que se pase horas viendo película de contenido sádico es propenso a ser violento.
“Por ejemplo un infante que vea a su padre matar a su madre, puede pensar que jamás hará algo así; sin embargo puede terminar haciéndolo”, ilustró el psicólogo.
Los expertos en comportamiento humano concluyen que en este tema hay dos vertientes: el papel de los medios de llevar la información tal y como ocurre y abstenerse a presentar imágenes que llevan a la pérdida de la dignidad y la desensibilización de la sociedad en sentido general.
Imágenes morbosas coadyuvan a olvidar dolor ajeno
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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