El gobierno ecuatoriano ha explicado en un extenso comunicado los fundamentos jurídicos de su decisión de dar asilo en su embajada en Londres al fundador de la organización de filtraciones Wikileaks, Julian Assange.
De inmediato, todos los medios de comunicación recogieron la noticia centrados en la disputa diplomática entre Ecuador y el Reino Unido y las amenazas de este último de invadir la sede diplomática ecuatoriana para apresar a Assange y extraditarlo a Suecia, donde enfrenta acusaciones de supuesta violación.
Sin embargo, con excepción de la cadena de televisión latinoamericana Telesur, practicamente ningún medio de comunicación ha recordado que la principal acusadora de Assange en Suecia, se plantea que tanto el Reino Unido como Suecia negaron a Quito garantías de que una vez en territorio sueco Julian Assange no sería traslado a Estados Unidos, donde ya el soldado Bradley Manning -presunto suministrador de información secreta norteamericana a Wikileaks- permanece aislado en una prisión militar. Esa negativa de garantías es un elemento esencial para explicar la decisión del gobierno ecuatoriano pero también ha sido ocultada por la gran prensa.
La amenaza británica de violar la inmunidad de la representación diplomática ecuatoriana en Londres, ha despertado una ola de solidaridad latinoamericana con Ecuador. Los países de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), emitieron una fuerte declaración de respaldo a Quito y han anunciado una reunión urgente de cancilleres y un evento similar ha sido convocado por UNASUR para este sábado. La Organización de Estados Americanos (OEA), tradicionalmente manejada por Estados Unidos, decidirá este viernes si reúne a sus ministros de Exteriores el 23 de agosto para analizar las amenazas británicas ante reclamos de varios de sus miembros latinoamericanos.
Todo el discurso del Superman de los derechos humanos ha sido desenmascarado por las revelaciones de Wikileaks; CubAhora)
