Mientras algunos, como el presidente de la Comisión Permanente de Industria y Comercio de la Cámara de Diputados, Alberto Atallah, califican el acuerdo con el FMI como “un mal necesario, porque es la única forma de ponerle control al gasto desmesurado que ha tenido el gobierno de Leonel Fernández”, otros se preguntan cuáles serán los verdaderos resultados.
La reunión sostenida entre el presidente electo, Danilo Medina, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), despierta expectativas en algunos, en tanto que otros esperan a que el sabio señor de los tiempos diga la última palabra, a partir de la disciplina de las finanzas públicas que debe llevar a cabo el mandatario.
Pero, y aquí van las dubitativas: el FMI debe establecer las reglas sobre cómo caminan los gastos del Estado dominicano; sin embargo, el límite de RD$23 mil millones que tuvo el gobierno de Fernández sobrepasaría los RD$ 100 mil millones al final de su mandato.
Más allá de los “apoyos técnicos que permitan avanzar con la agenda de reformas estructurales contempladas en su programa de Gobierno” e independientemente del acercamiento con el organismo “para consolidar los logros macroeconómicos en el país”, hay un mal de fondo que refleja, sin duda alguna, gastos aquí y allá que afectan y adeudan más a la nación.
No se trata del gobierno que hará Danilo Medina, si no de aprender a reducir gastos en empresas o acciones que pueden esperar, y priorizar las que resultan necesarias para esa mayoría dominicana que oye hablar del “buen desempeño que ha tenido la economía en las últimas dos décadas, en relación con otros países de la región”, pero sigue viviendo en la extrema pobreza y no acaba de solucionar sus necesidades más imperantes.
FMI: otra encrucijada de Medina
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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