Entre aguas negras, heces fecales y un alto nivel de hacinamiento, conviven los residentes del barrio Las Ochocientas de Los Ríos, Distrito Nacional. Es tanto el impacto de contaminación de la zona que a metros del lugar se puede percibir el hedor que emana de una cañada que lo rodea.
El sector, formado hace unos 40 años por personas procedentes en su mayoría de San Juan de la Maguana y nacionales haitianos, se ha convertido en un acopio de basura y enfermedades para quienes residen en el entorno.
La poca concientización por el medio ambiente se produce paulatinamente. Es normal ver como personas arrojan basuras, animales muertos y desechos, mientras los más jóvenes juegan descalzos alrededor del desagüe.
Teo Fernández, quien lleva 10 años habitando en el lugar, dijo que a pesar de estar el barrio próximo a Arrollo Hondo, uno de los sectores más exclusivo de la ciudad, se encuentra abandonado a su suerte con sus calles polvorientas, llenas de piedras y en muy mal estado.
Fernández narró que la situación se torna inaguantable en época de lluvias, cuando la cañada se rebosa y sus aguas traspasan las calles y penetran hasta sus viviendas.
Los moradores hacen un llamado a la atención de las autoridades para que vayan en su auxilio, ya que están pasando muchas adversidades y temen un brote de enfermedades como dengue, cólera, entre otras.
De igual forma se expresó Manuel Pierre, quien manifestó que del lugar solo se acuerdan en las campañas políticas. Demandó una mayor vigilancia policial, puesto que las personas no pueden transitar entrada la noche, debido al alto nivel de delincuencia que existe en la zona.
Tanto las autoridades del Ayuntamiento, como el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa) y la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), deben instalar tuberías que faciliten el desagüe pluvial, ya que todos los sépticos de la barriada desembocan en la cañada.
La terrible contaminación existente representa un peligro a la salubridad, al igual que la proliferación de plagas, parásitos y ratas que invaden un considerable número de precarias viviendas asentadas desordenadamente en Las Ochocientas de Los Ríos.
Las 800: cuna de hedor y contaminación
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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