Washington (EFE).- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, justificó hoy la entrada del Ejército israelí en la franja de Gaza al asegurar que entiende el "deseo de Israel de defenderse" de los ataques con cohetes del grupo islamista Hamás.
En unas declaraciones a la prensa tras reunirse con el vicepresidente del Gobierno de Unidad Nacional de Sudán, Salva Kiir, Bush expresó su apoyo a un alto el fuego, aunque insistió en que un pacto que no impida que ese grupo radical palestino lance nuevos cohetes contra suelo israelí estará condenado al fracaso.
"Por supuesto, nos gustaría que la violencia cesara, pero no sin que haya un acuerdo que impida que se repitan" los ataques de Hamás, aseguró Bush.
"Cualquier acuerdo al que se llegue debe establecer una serie de condiciones para que Hamás no utilice la franja de Gaza como base para lanzar cohetes", reiteró el presidente saliente, que dejará la Casa Blanca el próximo día 20.
Según Bush, "en lugar de preocuparse por las condiciones de vida de la población en Gaza, Hamás ha optado por usar esa franja para lanzar cohetes con los que matar a israelíes inocentes. Por eso Israel ha decidido que quiere proteger a los suyos".
La secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, mantuvo este fin de semana un total de 17 conversaciones telefónicas con interlocutores de otros países en torno a la situación en Gaza.
Entre otros, Rice habló con los ministros de Exteriores británico, David Milliband, y francés, Bernard Kouchner, así como con la responsable de la diplomacia israelí, Tzipi Livni, y el primer ministro libanés, Fuad Siniora.
El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, explicó hoy que EE.UU. busca un alto el fuego "sostenible, duradero y sin límite de tiempo".
Entre los elementos que debe incorporar esa tregua, afirmó McCormack, tienen que estar el fin de los lanzamientos de cohetes y la apertura de los pasos fronterizos.
Estados Unidos impidió el sábado la adopción en el Consejo de Seguridad de la ONU de una declaración en la que se pedía el alto el fuego inmediato en Gaza y el sur de Israel.
Washington argumentó entonces que la acción del Consejo no tendría éxito porque el movimiento islamista Hamás sigue lanzando cohetes contra el sur de Israel.
La ofensiva que Israel lanzó el pasado 27 de diciembre ha causado la muerte de al menos 530 palestinos y heridas a otros 2.600. Mientras, del lado israelí tres civiles y dos militares han fallecido y alrededor de 50 han resultado heridos por los cohetes disparados desde Gaza.