En nuestra humilde opinión bastaría con el nuevo gobierno que encabezará el licenciado Danilo Medina escoja a nuevos funcionarios que en su mayoría actúen bien como los que a juicio de la opinión pública lo han hecho un buen porcentaje de la actual administración que termina del presidente Leonel Fernández.
Para lograr eso pensamos que deberá imponerse en su selección la sabiduría política que ha venido acumulando a través de los años el próximo mandatario dominicano y no la especulación de opinantes, las bolas de “Radio Bemba” motorizadas por intereses muy particulares, incluyendo las de aquello que la opinión pública ha objetado, o que basan su influencia en otros aspectos.
Esta será una ocasión única para que el nuevo jefe de estado dominicano escoja entre esa pléyade de jóvenes profesionales talentosos e inobjetables que se han formando tanto en las universidades nacionales como en el extranjero a los que ha contribuido innegablemente el gobierno saliente.
Esos jóvenes, aunque no podemos saber cuál sería su comportamiento ético o político deben por lo menos tener la oportunidad de prestar su servicio u ofrecer su conocimiento a su pueblo mediante la prestación de un servicio en la administración pública.
La mayoría de esos nuevos talentos no tienen militancia política conocida, pero eso no es motivo para no ofrecerle un cargo de servicio público, porque muchos si es de su agrado y sienten agradecimiento por esa oportunidad se comprometerán con la organización política que los acoja. Eso para cualquier partido, ahora con las series de crisis que los azota, es un valor agregado inconmensurable.
Los planes para combatir la pobreza, la crisis educativa, la inseguridad ciudadana, los malos servicios tienen fecha de caducidad, si el nuevo presidente dominicano escoge los mejores hombres y mujeres que sientan verdadera vocación de servicio y el pueblo, que nunca es mal agradecido, lo recordará y le agradecerá al licenciado Medina su buen acierto.
Sólo la historia que ya se empieza a escribir en torno al saliente presidente Fernández evaluará en su justa medida, cuanto ha aportado al mejoramiento de la sociedad dominicana sin haber tenido que matar, robar o deportar a nadie por diferencias políticas, aunque muchos hoy le exigen el no haber adivinado cuales de sus funcionarios serian hoy cuestionados, aunque las pruebas no las aporten debidamente quienes lo hacen y no sea Dios para haberlo sabido.
No obstante, quienes se equivocaron al no cumplir con el deber de honestidad y eficiencia que el profesor Juan Bosch estableció con su ejemplo, como el código de conducta de los peledeistas, tendrán que pagar con la afrenta pública sus desmanes.
Hasta en eso pudo haber contribuido el presidente Fernández ahora para una mejor gestión de Medina, porque le ha permitido identificar quienes pueden continuar a su lado para construir la sociedad sonado por Bosch y quienes deben ser dejado a un lado del camino para gocen con mala conciencia lo mal habido o sean olvidados como malos funcionarios.