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Ejecución de siete Paya, Baní, ¿descuido o complicidad?

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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En el horrendo asesinato de siete extranjeros en Ojo de Agua, en Paya, Baní, el 4 de agosto del año 2008, están acusados ocho oficiales de la Marina de Guerra. La droga es el motivo. De suma gravedad es comprender que la seguridad nacional ha sido descuidada.

Las Fuerzas Armadas tiene la lista, con nombres y apellidos, de esos oficiales marinos acusados. El país espera por el Procurador Radhamés Jiménez Peña, quien aseguró que los nombres serían dados a conocer a principios del 2009.

¿Qué ha sucedido? Sencillamente esos oficiales marinos tiraron por la borda el ejercicio de la moral naval. Dejaron de amar a su institución, y traicionaron a su patria.

El alto mando tiene la responsabilidad de no limitarse a entregar a la justicia a esos oficiales; es de suma importancia cuestionar e investigarse con sincera firmeza a los oficiales comandantes de las organizaciones donde prestaban servicios los oficiales.

Todo comandante está en la obligación de conocer la vida militar y privada de su subalterno, el deber lo exige, debe conocerlo pues a él da órdenes, pero no entrega su responsabilidad para que todo se desarrolle de acuerdo a los reglamentos, la profesionalidad y la buena conducta.
La verdad es que no se cumplió con el deber debido, con lo principal, dando el ejemplo con el buen ejercicio de las atribuciones propias.

El alto mando declara que actuará caiga quien caiga, pero no se ha sabido que se estén haciendo investigaciones para determinar el descuido o complicidad. Está claro que el oficial superior que fue atrapado con la droga en un carro que robaron a un haitiano, deja entender que él consideraba que podía actuar libremente, sin la sospecha de parte de su comandante y del personal de inteligencia naval; el llamado M-2.

Puede pensarse en complicidad o se descuidó el principio que obliga a lo que deben hacer y omitir, que es la ley del deber. Se ha perdido la confianza, hay descredito, unos pocos han hecho un gran daño.

La mayoría de los oficiales y alistados están dolidos por las malas acciones de sus compañeros. El gobierno y los altos mandos no deben permitir que la tormenta constante del narcotráfico destruya la bandera del nacionalismo izada en el mástil, bien ganada por generaciones anteriores.

La marina debe revisarse, sanearse, su misión es de gran importancia; la seguridad nacional necesita la sana y segura vigilancia al narcotráfico marítimo por la mar territorial y la frontera marítima con Haití.

Es notable el silencio, ojalá el pueblo esté equivocado; tal vez no quieran hacer como recita el pregón cubano: “Hacer como Chacumbele que el mismito se mató”.

Una interrogante necesita una valiente y clara explicación; es de importancia capital determinar, mirar hacia el servicio de inteligencia naval. No es aceptable que este celoso vigilante de todo su personal nada supiera, ignorar su seguridad interna indica que nada hacen por la seguridad nacional.

¿Se ha investigado al personal de inteligencia asignado a las dependencias donde prestaban servicios los hoy acusados oficiales? ¿Se ha determinado si ese personal de inteligencia está al servicio del narcotráfico?

Un pescador de la Bahía de Ocoa, relata que cada vez que sale a la mar y regresa con su pesca es vigilado y chequeado por un inspector de costa o un simpático marino vestido de civil de los llamados M-2. Que en las playas, puestos y poblados hay personal de inteligencia de las Fuerzas Armadas y del M-2, que no cree que entre droga sin saberse.

Este humilde pescador con su mirada nos dice la verdad. Se cuestiona porque él ve lanchas, bateles, veleros, que salen a la mar y cuando regresan no los vigilan ni inspeccionan como hacen con él.

Unas 17 personas han sido sometidas a la justicia con relación a este violento crimen. De estos prevenidos, 15 cumplen prisión preventiva en diferentes cárceles del país, dos tienen garantías económicas y la obligatoriedad de presentarse por ante las fiscalía de Baní a firmar un acta de seguimiento y una tiene la obligación solo de presentarse a firmar este mismo documento judicial.

La Policía señaló como responsable de dirigir la matanza al capitán de fragata de la Marina de Guerra, Ricardo Rafael Guzmán Pérez, quien fue apresado el pasado nueve de agosto con un con un alijo de ocho paquetes de cocaína en la Prolongación de la avenida Ecológica, próximo al Hipódromo V Centenario, municipio Santo Domingo Este.

El capitán de fragata Ricardo Rafael Guzmán Pérez, señalado por la Policía como quien encabezó la matanza de Paya, fue detenido junto a su esposa, Scarlet Aristy Rosa y su chofer Marcos Fajardo Almonte. Éste oficial se desempeñaba como jefe de barcos en Salinas, Baní.

Actualmente Guzmán Pérez, cumple prisión preventiva por un año en la cárcel de Najayo, San Cristóbal.

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