A veces, mientras nacen estas líneas, surge el maravilloso anhelo de poner en ellas palabras satisfactorias, plenas de optimismo, fe y confianza en los días que corren y atrapan las horas de nuestra existencia; pero, y aquí viene esa palabra tras la cual se dislocan los pensamientos, porque hay que difundir la verdad, exponer los hechos como son y hacer llegar a nuestros lectores esa realidad que, lamentablemente, azota el día a día con un látigo oscuro y mortal llamado violencia.
La Globalización ha sido lo que es: un fenómeno de reflujo, donde lo bueno y lo malo se multiplican y llegan hasta los rincones más apartados del mundo.
Las noticias de estos días impresionan y atemorizan: de muertes, asaltos, crímenes, feminicidios tratan los textos que presentan nuevas “horrendas formas de muertes”, como la decapitación, por solo nombrar alguna de ellas. Si, “gran alarma en diversos sectores de la sociedad que entienden que en la República Dominicana se ha levantado una nueva forma de crimen por encargo o sicariato, que hasta el momento sólo se conocía en otros países.…”
El país padece una violencia desmedida, irracional, cotidiana. Junto al narcotráfico y otros actos corruptos, la delincuencia campea por su respeto, emplea nuevas modalidades y nadie anda seguro.
Pese al esfuerzo de las autoridades, aún no se ven resultados.
No obstante, mejor concluir estas líneas con la esperanza plena en que nos levantaremos un día sin una de estas noticias que ensombrecen el alma y llenan de luto los hogares dominicanos: ¡Así sea!
Amanecer sin violencia…un día
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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