El ingeniero Miguel Vargas emplazó al presidente Leonel Fernández a no hacerse el desentendido de su responsabilidad como jefe de Estado y protagonista mayor en los escándalos que han lesionado la credibilidad de la Suprema Corte de Justicia, la Cámara de Cuentas, la institución del indulto presidencial y las funciones constitucionales del Congreso Nacional.
En una segunda declaración sobre la cumbre convocada por el presidente Fernández para encarar los problemas nacionales, el ex candidato presidencial perredeísta advirtió que es precisa una seria rectificación en la conducción del Estado y la sociedad por parte del gobierno.
Señaló que el Gobierno no puede seguir hablando alegremente de cumbres para discutir la adecuada marcha del país, cuando un gran número de intelectuales independientes y respetadas instituciones de la sociedad civil expresan su “asco y repugnancia” por el retroceso institucional expresado en el abandono de los principios éticos en que debe basarse el ejercicio de la autoridad.
“Nos encontramos frente a una grave fractura institucional provocada por un Poder Ejecutivo desbordado en sus límites constitucionales y que demanda un alto y una rectificación”, planteó el vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano, PRD.
En una declaración ofrecida ayer en San Francisco de Macorís Vargas consideró que el descalabro moral e institucional provocado por el gobierno y sus reiteradas violaciones a la Constitución y las leyes, obliga a que la sociedad civil y los partidos demanden garantías previas a su participación en la cumbre convocada por el presidente Leonel Fernández.
Expuso que la solución a los problemas económicos y sociales que afectan al país requiere del rescate de la confianza en las instituciones fundamentales del Estado, que han perdido credibilidad debido al deterioro ético y moral a que los ha llevado el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
El dirigente político argumentó que durante la gestión de Fernández se ha entronizado la regla de que “el fin justifica los medios”, sin importar que éstos sean incompatibles con los principios de una verdadera democracia.
