A pocos días de la meta final, o sea, en conteo regresivo para las elecciones del 20 de mayo próximo, otra víctima tiñe de sangre el proceso electoral en el país y aun cuando muchas voces deploran este acto, que tuvo lugar durante uno de los bandereos que se llevan a cabo en estos días, la realidad es que el hogar del dirigente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Epifanio Grullón Peña llora su duelo y queda el vacío de la ausencia en su familia.
Ni en Gaspar Hernández, ni en sitio alguno del país puede ocurrir hechos como estos, donde las actividades políticas devengan escenario de trifulcas y, como ocurrió en este caso y otro anterior, de pérdidas humanas irreparables.
Deben arreciarse los llamados y exhortaciones a la conciencia de los militantes de partidos contendientes, para que no empañen la campaña en lo que resta para las elecciones presidenciales y en caso de que se violen las normas esenciales de coexistencia en tal sentido, las medidas tienen que ser severas. No merece la sociedad dominicana ver en quienes deben marcar el ejemplo actuaciones tan deleznables.
La calma y la no violencia tienen que ser puntera imprescindible de un proceso que clama por el fortalecimiento de la democracia. Finalmente se conocerán los resultados de las investigaciones sobre los hechos, para que los responsables sean sometidos a la justicia.
Pero, por encima de esto y de lo otro, la denominada “intolerancia política” marca una deplorable actitud que por ningún motivo puede sustituir diálogos y confrontaciones en la campaña electoral.
Otra muerte
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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