Resulta que apenas a unos días del acto más importante o fiesta democrática que desarrolla el país y que debe celebrares en santa paz, el clima tiende a inquietarse y ponerse gris.
Si bien en el decir del doctor Polivio Rivas, todo órgano electoral debe procurar la tranquilidad de los actores del proceso y sus actuaciones deben ser auténticas, legítimas y equitativas, lo que acontece en estos momentos dista.
Participación Ciudadana (PC), ha acusado a la Junta Central Electoral (JCE), de difamar a esa entidad y acusarle de presentarle como malhechores a unas cien personas que propuso como observadores electorales.
De un lado, el coordinador general de PC, Francisco Álvarez, afirma que la JCE busca descalificarle presentando a parte de su propuesta como una red de delincuentes, ligados al narcotráfico y al sicariato.
Del otro, el presidente de la Junta, Roberto Rosario, justifica la exclusión y en el escenario fundamental, que es la sociedad dominicana, las dudas y la incertidumbre se abren paso, al punto de cuestionarse una buena parte de la población cuánta seguridad y de qué manera habrá de proyectarse lo que se ha anunciado como transparente, constitucional y veraz.
Debían los organismos responsables de que todo salga bien, ofrecer mayor grado de confianza, independencia y neutralidad y hacer posible que este 20 de mayo las personas voten por quien le dicte su conciencia, para que el candidato ganador sea la representación genuina del mandato popular. ¿O sí?
A esta hora, con ese recado…
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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