Manila.- Al menos veinte personas murieron y otras 314.846 han abandonado sus hogares por las inundaciones provocadas por las copiosas lluvias que afectan a las regiones sur y este de Filipinas, informaron hoy fuentes oficiales.
La mayoría de los fallecidos murió ahogada o sepultada por desprendimientos de tierras, mientras que los demás fallecieron en accidentes de otro tipo.
El Consejo Coordinador de Desastres Naturales de Filipinas elevó los daños provisionales hasta los 75,6 millones de pesos (1,6 millones de dólares o 1,2 millones de euros), de los que casi dos tercios corresponden al sector agrícola y el resto a infraestructuras.
Las escuelas permanecen cerradas en las localidades más afectadas y los barcos amarrados en puerto.
El alcalde Constantino Jaraula, de Cagayan de Oro, a unos 820 kilómetros al sureste de Manila, reiteró su llamamiento a las autoridades y las organizaciones no gubernamentales para que provean de agua, comida y ropa a los desplazados.
Jaraula culpa de la catástrofe a las explotaciones mineras irresponsables y la tala incontrolada de árboles.
Una persona murió hoy y otra ha sido dada por desaparecida en el valle de Compostela, en la región de Cagayan, a causa de un deslizamiento de tierra que ocurrió sobre el mediodía, según la policía.
Los túneles mineros, autorizados e ilegales, son numerosos en las montañas que dan forma a Compostela Valley.
Las inundaciones causan cada año decenas de muertos en el archipiélago filipino durante la estación lluviosa, que comienza en mayo o junio y termina en noviembre o diciembre, aunque muchas veces se producen fuera de la época del monzón.
En 2006, cuatro tifones de inusual intensidad anegaron varias zonas de la norteña isla Luzón y causaron más de 1.300 muertos, casi 3 millones de afectados y medio millón de viviendas destruidas. EFE